A lo largo de su dilatada trayectoria, Fernando Alonso, además de por su talento, ha destacado por su imperante optimismo. El asturiano, que a sus treinta y cuatro años aún es considerado como uno de los mejores pilotos de la parrilla, sigue en la búsqueda de su tercer Mundial, con el que poder abandonar satisfecho el ‘gran circo’. En 2017, pese al cambio de normativa, parece complicado que pueda cumplir su objetivo.
Ni siquiera en sus mensajes ofrece un atisbo de posibilidad. En la última frase que ha sido recogida por los medios, en este caso por AutoSport, el español afirmaba que no tendría ningún problema con Vandoorne porque estarían lejos de la cabeza. Una confesión que sorprende, y mucho, ya que a lo largo de su carrera siempre ha lanzado las campanas al vuelo. Al margen de sus primeras palabras al fichar por McLaren, cautas y con la mente puesta en el futuro, el asturiano siempre ha ofrecido un discurso optimista cuando algo le ha invitado a ello:
“Los primeros resultados del año que viene pintan bien, así que vamos a esperar y veremos (octubre, 2015)”. Así, aún inmerso en una desastrosa temporada, Alonso llenó de optimismo a sus seguidores de cara al 2016. Sin embargo, en la primera carrera que pudo concluir, tercera cita del Mundial, tuvo que conformarse con acabar en la duodécima posición.
“Me veo en el podio esta temporada y ganando un título con McLaren (enero, 2016)”. El asturiano se mostró tajante en los micrófonos de Cope. En cambio, lo mejor que sacó la temporada pasada fueron dos quintos puestos, a un abismo de los lugares privilegiados. La segunda hipótesis, quién sabe, podría cumplirse en el futuro.
“Llegarán circuitos donde podremos pelear rueda a rueda con Force India e incluso con Ferrari. No sólo Singapur, también Suzuka, Austin y especialmente Abu Dhabi serán muy buenos (agosto, 2016)”. Tras bordarlo en Spa con un quinto puesto, Alonso se pasó de optimista. En alguna prueba pudieron con Force India, pero fue una mera excepción, como refleja su décimo puesto en la última prueba en Dubai. Y a Ferrari ni se acercaron.
Pero no sólo el piloto español ha prometido cotas inalcanzables, también altos cargos de la escudería han caído con frecuencia en este error. Palabras que preceden incluso a las primeras vueltas del monoplaza, y que se basaban únicamente en la fuerza y el pasado de McLaren y Honda:
“Yo confío, creo que ganaremos carreras el año que viene (septiembre, 2014)”. Esta frase fue pronunciada por Arai, por aquel entonces líder de Honda, auguraba éxitos inmediatos tras conocerse la noticia de la alianza de la marca nipona con McLaren. Después, en 2015, su unidad de potencia fue claramente la peor de toda la parrilla. Fue cesado de su cargo en febrero de 2016.
«Honda sabe exactamente dónde necesita mejorar, y nosotros también. Creo que podemos contar con un podio en 2016 (diciembre, 2015). Boullier, jefe deportivo de McLaren, se atrevió a pronosticar semejantes resultados, sólo un mes después del desastre del primer año. Un discurso muy similar al pronunciado por Alonso. Al final, nada de nada.
Poco después de concluir la última temporada, llegaron mensajes de motivación de cara al 2017, de los que se han retractado apenas unos días después. Alonso dijo a principios del pasado mes que la opción de ganar el próximo curso era “más real”, para poco después afirmar que no estarán en condiciones de pelear por el título. Algo similar hizo Hasegawa, que tras hablar de evolución para el 2017, confesó que Honda estará a la cola de motores el próximo año, por detrás de Mercedes, Ferrari y Renault.
Alberto Puente