Una estética que impone.
El Ford Mondeo Sportbreak se trata de un vehículo grande, muy grande, eso lo sabemos casi todos, pero hasta que no lo vi en persona no me pude hacer una idea de lo grande que llega a ser. Entre su tamaño y sus líneas se crea un conjunto con el cual atrae miradas sin ser un deportivo como es lo habitual. Cuenta con unas cotas de 4.87 metros de largo, 1.91 metros de ancho y 1.50 metros de alto.
En su frontal y como ya viene siendo costumbre en los modelos de Ford, destaca una gran parrilla cromada la cual nos recuerda mucho a la de Aston Martin
Pero si nos fijamos bien, justo detrás de esta y entre el radiador, se sitúa otra rejilla aerodinámica activa.
- ¿Y esto que es y para qué sirve?
Está formada por unas láminas horizontales capaces de girar hasta 90 grados. Con esto se consigue bloquear casi totalmente el flujo de aire, reducir la resistencia aerodinámica y con ello, el consumo de combustible.
Siguiendo con la parte frontal y el paragolpes, sus formas denotan un aire deportivo. En la parte baja están situadas las luces antiniebla, acompañadas en la parte superior por dos prominentes faros.
Lateralmente se puede observar un afilado y desafiante frontal que es seguido por esa línea hasta llegar al portón trasero. También se aprecian dos nervios que recorren la carrocería de punta a punta.
En la zona trasera es donde he encontrado un fallo, y es que el limpiaparabrisas es pequeño para el tamaño de la luneta trasera, con lo cual en días de lluvia, pude comprobar (ya que precisamente la semana de prueba diluvió en Madrid) que dificulta un poco la visión trasera porque no recorre la mayor parte del cristal.
El paragolpes ha reducido su tamaño, pero en esta ocasión es todo un beneficio. Gracias a ello la altura para la carga es menor, facilitándonos no tener que levantar mucho los objetos.
Interior para toda la familia.
Una vez finalizado el análisis exterior, pasamos al interior. Para ello abro la puerta del conductor y la impresión que da es la de una puerta robusta, es bastante pesada. Una vez dentro empezamos con el volante.
Volante multifunción de 3 radios, desde el tenemos acceso a todos los apartados multimedia del coche. Incluso demasiado, ya que al principio con tanto botón en el volante no sabes para que es cada uno. Detrás de este nos encontramos con una pantalla TFT encargada de hacer la función de cuadro de instrumentos, donde también nos da información del ordenador de a bordo. Toda esta información la podemos ver en la esfera de la izquierda, donde también nos muestra las revoluciones del motor. En la esfera derecha se muestra la velocidad y en su interior el reconocimiento de señales, nivel de combustible o el sistema para alertas al conductor. En medio de estas dos también se muestra información de todo tipo.
Hablando de pantallas pasamos a la consola central, donde está situada otra pantalla táctil de 8 pulgadas, desde la que se puede gestionar todos los apartados del vehículo, GPS, teléfono, equipo de música y también nos sirve para la cámara de visión trasera. Este apartado me ha defraudado un poco, ya que la estética que tiene no va muy acorde a un vehículo moderno, o por lo menos a uno de este estilo. Debajo de esta está situada toda la botonera encargada de la climatización del vehículo. Siguiendo el recorrido nos encontramos con la botonera encargada de la asistencia de la dirección, freno de mano, sensores de aparcamiento, desactivación del Star&Stop y el asistente de aparcamiento automático, con el cual no he quedado muy convencido, ya que la mayoría de veces no me ha detectado el sitio para aparcar a pesar de ser más que evidente.
Entre el asiento del conductor y el copiloto se sitúa un apoyabrazos que a la vez nos hace la función de guantera y donde también encontramos dos puertos USB que nos sirven tanto para cargar nuestros dispositivos como para la conexión multimedia con la pantalla.
Las plazas traseras son cómodas, muy cómodas. Como la mayoría de veces aunque está homologado para tres ocupantes traseros, para viajar cómodos lo recomendable es dos. Algo ya no tan común es la posibilidad de que los asientos de las plazas traerás estén calafateados, de momento solo nos lo hemos encontrado en el Skoda Superb. En medio de las plazas se sitúa un apoyabrazos que también nos ofrece la función de porta bebidas.
El maletero es el gran aliado de este modelo, con 712 litros de carga que aumentan a 1585 litros si abatimos las plazas traseras. También contamos con una trampilla en el centro de los asientos con la que podemos introducir objetos largos sin tener la necesidad de abatir los asientos, perfecto para los más manitas de la casa. En la parte derecha del maletero está situado el Subwoofer y en la parte izquierda tenemos un pequeño hueco en el que depositar objetos. En los laterales también tenemos ganchos para las bolsas y una toma de corriente de 12V.
Motor y comportamiento.
La unidad que he estado probando venia equipada con un 2.0 Ecoboost. Se trata de una motorización gasolina de 4 cilindros con turbo capaz de rendir 240 CV y 345 NM. Es un motor alegre con el que tener potencia cuando es necesario no supone ninguna dificultad. El consumo medio durante estos días es un poco más de 10 litros, que a priori puede parecer una barbaridad, pero no hay que olvidar el tamaño del coche y que se trata de 240cv a los que hay que alimentar.
En ciudad se mueve bien, va muy suave y a pesar de sus casi 5 metros de longitud, se puede maniobrar muy bien con él. El problema nos lo encontramos a la hora de estacionar, donde su longitud pasa factura, pero para ello nos ayuda mucho la cámara de visión trasera y en algunas ocasiones el asistente de aparcamiento, pero la mayoría de veces he acabado “enfadándome” con él y aparcando a la vieja usanza.
En carretera es donde más vamos a disfrutar, tiene un gran nivel de insonoridad y con la comodidad de sus asientos, podemos hacernos una gran cantidad de kilómetros sin que llegue a resultar pesado. Aunque en curvas balancea un poco, pero podemos ir sin problema por cualquier carretera de montaña. Otro detalle importante son los frenos, los cuales sorprenden con su contundencia, siendo capaces de frenar la berlina en poca distancia, incluso circulando con las 5 plazas ocupadas y equipaje.
Conclusión.
Si nuestra intención es adquirir un coche familiar sin recurrir a los ya clásicos suv o monovolumen, con motor gasolina y queremos potencia suficiente como para desenvolvernos en cualquier situación, sin duda el Mondeo es una de las mejores opciones. Cuenta con un gran espacio de carga, son plazas son cómodas y la insonorizad está muy lograda, con lo cual los km se hacen menos pesados. Estéticamente sus líneas son atractivas y su tamaño no pasa desapercibo, a pesar de ello es un vehículo que se desenvuelve muy bien en cualquier situación y terreno.
Stiwie Lopez