El Grupo de Estrategia se ha reunido este lunes para abordar las sensaciones que han plasmado los monoplazas en las tres primeras pruebas del Mundial. Conversaciones trascendentales que en los próximos días saldrán a la luz, y a las que se aferran en McLaren-Honda para allanar su camino al triunfo, como ha reconocido el jefe de los británicos: “No digo que nos ayuden a tener el mejor motor, pero sí a estar más cerca. Creo que será justo y bueno para la F1”.
En un principio el tema que iban a debatir los expertos giraba en torno a si debían, o no, reducir el número de motores disponibles para cada equipo a lo largo de la temporada. Un asunto en el que la mayoría de la parrilla coincide en contra de cualquier modificación, ya que otorgar menos unidades de potencia supondría un impedimento a la hora de hacer ‘horas extra’ para sacar conclusiones del monoplaza, y les obligaría a forzar únicamente en los Grandes Premios.
El efecto que quería provocar Boullier, es que se retome un debate que la FIA introdujo en 2016 y que tras lo vislumbrado, ha quedado sin efecto alguno. Los altos mandos del ‘gran circo’ auguraron equidad en el rendimiento de los motores para hacer la competición más emocionante, y aseguró que tomaría medidas inmediatas en el caso de que no fuera así. El abismo entre Mercedes y McLaren-Honda ha llevado a esta última a reclamar una “ayuda” que ha generado controversia.
Como ya se especuló antes del inicio de temporada, McLaren quiere contar con ayuda de Mercedes. Bien usar su propulsor, bien conocer información que les haga crecer para estrechar el cerco. Red Bull, que no pasa por su mejor tiempo, se niega a que otra escudería entre en la terna de candidatos, y apela a la prohibición de traspaso de conocimientos que impera en la F1. Los alemanes, solo cederían en el supuesto de que McLaren no discutiera su condición, un guion similar al de Ferrari y que desde Woking tienen muy claro. “No quieren que rindamos en esa área”, ha comentado Boullier al portal estadounidense Motorsport, el mismo que hace días insistía en que con otra unidad de potencia pelearían por el triunfo.
Esa es ahora mismo la única esperanza para McLaren, que básicamente apela al modelo que actualmente utiliza la NASCAR. Esta competición, la segunda automovilística en cuanto a repercusión se refiere por su gran acogida en Estados Unidos, sólo tiene tres proveedores de motores en la parrilla y todos con una diferencia ínfima que propicia una mayor igualdad. Ahí, es el monoplaza en sí el que adquiere importancia.
El equipo británico, con el curso perdido, se centra en un modelo como este de cara a 2018. Confían en que McLaren ha cumplido con su desarrollo, y que sin el lastre actual de Honda, la pugna por el título es posible. La insistencia de las conversaciones apunta a la necesidad de asegurarle un futuro satisfactorio a Alonso, que en las próximas semanas deberá decidir si prolonga su contrato, si cambia de rumbo, o si finalmente se retira de la Fórmula 1.
Alberto Puente