No siempre hubo tensión en McLaren-Honda. Cuando el monoplaza anduvo lejos de la pista, mecánicos, pilotos e ingenieros bendijeron un proyecto que nadie vislumbró que iba a la deriva. En 2015 la expectación era máxima y se hablaba de realizar algo importante, hasta que se comprobó que el coche apenas podía rodar. Un año entero de pruebas en el que no se perdió la fe en ningún momento. El significativo salto en 2016 acrecentó las esperanzas de un equipo que tenía marcado como objetivo conquistar el Mundial en 2017, con la llegada de un nuevo reglamento que les permitiría acelerar su progresión.
Alonso, hace menos de doce meses, defendía una y otra vez a Honda. “Quizá estamos por delante de Mercedes en su segundo año. Estoy impresionado con lo que Honda está haciendo con el poco tiempo que tuvieron”, reveló el español en julio de la pasada temporada. “Hicimos algunas pruebas en la unidad de potencia pensando en el 2017 y salieron bien”, mencionó en septiembre, aún ajeno al desastre de los nipones en este curso, donde la fiabilidad ha provocado que el MLC32 sume más abandonos que nadie con diferencia.
Pese al exitoso historial de McLaren en la Fórmula 1 y la inexperiencia de Honda en el ‘gran circo’ el asturiano, por momentos, confió más en los nipones que en los británicos: “Mercedes será difícil de atrapar para todos. Pero creo que podemos estar los suficientemente cerca como para poder luchar. Estoy 100% confiado de poder alcanzar la potencia que queremos, pero la aerodinámica creo que es más incógnita”. De esta declaración hace apenas cinco meses. Muy equivocado se mostraba el piloto español antes de los test de pretemporada, ya que la situación actual es al revés, con un chasis que apunta alto y un motor que es el peor de la parrilla. McLaren y hasta pilotos de otras disciplinas, como Marc Márquez, han refrendado las palabras del español.
Esta temporada la paciencia se ha agotado y los discursos han variado drásticamente. “¡Nunca he corrido con menos potencia en mi vida! Estaban a 300 metros por detrás”, mencionó por radio el español, con tono de frustración, durante el Gran Premio de Bahréin. En marzo de este mismo curso reconocía nuevamente la falta de fiabilidad: “Tenemos un problema que es el motor, que no tiene poder ni confiabilidad. En toda la recta nos quedamos 30 km/h por debajo de los opositores”. Un problema que acusó nuevamente en Canadá, donde fue fácilmente superado por sus adversarios.
Sus mensajes han llegado a ser sarcásticos y le han llevado a reflexionar seriamente si buscar otra vía para alzar su tercer título Mundial. Es más, desde Inglaterra aseguran ya que McLaren trabaja para conseguir la unidad de potencia de Mercedes y ser competitivos, con el objetivo primordial de seducir a Alonso para una renovación. El asturiano, que tanto alabó a Honda, ha vislumbrado como los nipones son incapaces de adaptarse al ‘gran circo’. Es un lastre que le impide brillar y que ahora no duda en reconocer. Su discurso de fe se ha apagado.
Alberto Puente