Sabido es que Marc Márquez no es hombre de medias tintas, o gana o se cae. En esta ocasión, viendo que no era la mañana de Dovizioso, el rival con el que compartía el liderato, podía haber optado por conformarse con ir detrás de Lorenzo y sacarle 11 puntos al italiano, pero cada vez que ve la victoria tan cerca el catalán no sabe de conformismos y tira hacia delante, por mucho que una caída, como las dos que había tenido este fin de semana en el circuito aragonés, le dejara sin ningún punto.
En Alcañiz le salió bien esta vez y, tras pasar a Lorenzo, se fue solo hacia un triunfo que le viene muy bien ya que los próximos circuitos no le son tan favorables y toda ventaja es poca. Márquez decidió que 'en casa', a 180 kilómetros de Cervera, tenía que encarrilar su cuarto título de MotoGP y así lo hizo.
Con su quinta victoria de la temporada, la cuarta en las últimas seis carreras, afianzó su liderato. Ahora tiene 16 puntos sobre Andrea Dovizioso, 28 sobre Maverick Viñales y ya puede olvidar la amenaza de los otros dos aspirantes, Dani Pedrosa y Valentino Rossi.
El perjudicado también, de manera indirecta, fue Jorge Lorenzo, que soñó durante muchas vueltas con subirse a lo más alto del cajón y que vio cómo, pese a estar en el podio, tan sólo podía ser tercero, al ser superado también por la otra Honda, la de un Pedrosa que hizo una gran remontada y que, de haber durado cinco vueltas más la carrera quién sabe si podría haber pillado a Márquez.
Viñales logró salvar los muebles, pero no así Dovizioso, que se hundió y no pudo pasar de una séptima plaza que le obligará ahora a arriesgar aún más en las próximas carreras. Hubo un momento en que parecía que incluso Álvaro Bautista, octavo, se desharía de él y completaría la gesta española, con cuatro compatriotas en los cuatro primeros puestos y seis entre los ocho.
M. S.