En las quinielas estaba escrito que Lewis Hamilton alzaría su cuarto Mundial en este 2017. La hipótesis, sencilla, se cumplió en el último Gran Premio. Sin embargo, no todo acaba como empieza en la Fórmula 1. En esta recta final diversas escuderías han aprovechado para cambiar la inercia de los resultados cosechados allá por el mes de marzo, en un ejercicio que evidencia el duro trabajo que se esconde tras cada carrera con el objetivo de desarrollar el monoplaza al máximo, también con vistas al curso que viene.
El principal salto de calidad lo ha protagonizado Red Bull. El equipo austríaco pronto se descartó de la lucha por el título y cedió la alternativa al título a Ferrari. Sin embargo, los últimos acontecimientos reflejan que los de Maranello se han estancado y en 2018 podrían ser los terceros en discordia. Hasta Mercedes ha mostrado una mayor evolución en los aspectos que la debilitaban, como la estrategia o la dificultad para calentar las gomas en determinados circuitos. En Red Bull están felices con la progresión, pero son plenamente conscientes de lo que han sufrido este año con la fiabilidad del motor Renault.
En los últimos cuatro Grandes Premios Red Bull ha firmado siete podios y dos triunfos, ambos de Verstappen. Todos están ilusionados de cara a 2018 tras el aumento de potencia de su motor, pero lo cierto es que a mitad de campaña el joven piloto belga estuvo cerca de negarse a una renovación precisamente por el motor Renault. Max se ha quedado sin puntuar en siete carreras, la mayoría por fallos mecánicos. Mismo problema que han arrastrado en Renault y, en menor medida, su compañero Ricciardo.
El próximo año McLaren también se nutrirá de la unidad de potencia de Renault. Sin embargo, al igual que hace ahora Red Bull, sólo quiere quedarse con los aspectos positivos y ese aumento de potencia que los franceses han mostrado en las últimas fechas. “Arreglar la fiabilidad es un desafío, pero siempre es más fácil que encontrar rendimiento. Lo que simplemente me gustaría tener en cuenta es que en Malasia y México, ellos lograron victorias aplastantes”, ha mencionado Zak Brown al portal estadounidense Motorsport.com.
Lo cierto es que en este 2017 Honda y Renault no han caminado tan dispares en términos de fiabilidad. Sin embargo, la diferencia de rendimiento entre ambas partes es más que evidente. En McLaren han acabado tan hartos tras tres años sin progresos que valoran positivamente el mero hecho de dejar de ser los más débiles en las rectas. “Ellos están empujando. Están incrementando la potencia y cuando lo haces, incrementas el riesgo de fiabilidad, pero no estoy preocupado por ello”, ha zanjado Brown.
En McLaren se centran en ganar la batalla a Red Bull. Tras años presumiendo de chasis en 2018, al fin, tras tres años de proyecto, se podrá vislumbrar a qué nivel están los de Woking. De momento los británicos están ilusionados y confiados. Más allá de alcanzar regularidad y pelear por el título, persiguen un podio aislado que les coloque de nuevo en la pomada. McLaren quiere volver a ser grande, aunque sea por un día.
Alberto Puente