En unos días se cumplirán cuatro años del trágico accidente de Michael Schumacher. Tras dos décadas subido a los monoplazas sin mayores consecuencias, una jornada de esquí un 29 de diciembre de 2013 le dejó en coma. El piloto más laureado de la Fórmula 1 (siete Mundiales) estuvo ingresado diez meses en el hospital, hasta que fue trasladado a su mansión en Gland (Suiza), donde sólo su familia y sus amigos más íntimos tienen acceso. “Los que le quieren vienen a verle cada día”, expresó su familia.
Lo cierto es que desde aquel fatídico día las noticias nunca habían sido positivas. Diferentes medios publicaron que el peso del ‘káiser’ habría descendido hasta los 45 kilos. De forma diaria, quince especialistas permanecen las 24 horas en la casa de Schumacher, unos costes de tratamiento que oscilan los 100.000 euros mensuales. Aunque el dinero es lo que menos le importa a la familia del que hace poco se ha sabido que es el quinto deportista mejor pagado de la historia.
Por fin, cerca de cumplirse cuatro años del accidente, han llegado noticias positivas. Según ha informado el diario Expressen, la salud del piloto es tan estable que la familia, por primera vez, festejar la Navidad. “La esposa Corinna ha ordenado un gran árbol de Navidad para la casa de Gland. Incluso la hija Gina-María y el hijo Mick aparecerán”, ha revelado al mismo medio Sabina Kehm.
«Es tan maravilloso que la familia Schumacher pueda pasar la Navidad juntos. Ellos ayudan a Michael. Le dan un punto de apoyo en la vida. La familia siempre ha sido lo más importante para él», había explicado en este sentido la gerente de Schumacher,
A. Puente