Aún perdura la resaca de una de las competiciones más exigentes del mundo. El Rally Dakar, con Marc Coma al mando, ha resucitado la esencia histórica de esta prueba, con una dureza propia de cuando se desarrollaba en territorio africano. Bien lo han vivido en sus pieles los participantes, con las etapas maratón y de navegación, y con unas dunas que le han costado el triunfo a varios de los candidatos. Al-Attiyah, Despres, Loeb, Peterhansel… Carlos Sainz, todo un veterano a sus 55 años, ha sido el que ha sabido sobrevivir a semejante odisea hasta hacerse con el triunfo final.
Dos semanas de travesías, de escaso descanso y de mucho esfuerzo, cuya recompensa le ha traído al español el prestigioso trofeo. Y nada más. Esta competición, que antes de desarrollaba en África y ahora en territorio Sudamericano, se celebró por primera vez en 1979 y le ha costado la vida a varias personas (tres en los últimos tres años). En el mundo la siguen millones de personas y, a pesar de todo el dinero que puede originar, el campeón de la modalidad de coches no percibe un sólo euro.
Mientras en otras disciplinas como el boxeo el campeón puede embolsarse millones por una hora de trabajo, Sainz no verá un sólo euro tras culminar el Dakar en casi 50 horas. Es más, para lograr su objetivo, el dos veces campeón del Mundo de Rallys se ha dejado por el camino al menos dos millones de euros. El presupuesto global de los autos para competir es de en torno a 300.000 euros, en el caso de aquellos cuyo objetivo sea únicamente finalizar la prueba, situación que engloba al 80% de los participantes. La suma total para alguien que pelea por la victoria se marcha hasta esos dos millones de euros, según informó hace unos años la organización al diario El Mundo. En motos, el campeón, Walkner, sí se ha embolsado 50.000 dólares.
Lógicamente, el madrileño está respaldado por muchos patrocinadores que hacen frente al alto coste económico. La dureza de la prueba hace que el mero hecho de conquistar el trofeo merezca la pena. Sainz es la segunda vez que lo consigue, tras haber cruzado la meta primero en 2010. Han transcurrido cinco días desde su triunfo, y aún está saboreando el triunfo, como ha dejado ver en sus redes sociales. Ha recibido elogios por parte de grandes personalidades del mundo del motor como Valentino Rossi y, por supuesto, de su hijo, que esta año promete dar guerra en la Fórmula 1 al mando del Renault.
Alberto Puente