Las escuderías trabajan a contrarreloj en Montmeló para poner a punto los monoplazas de cara al Gran Premio de Australia, para el que restan menos de tres semanas. En el trazado de Melbourne se disiparan algunas de las incógnitas y, probablemente, se confirmarán alguna de las sensaciones que se han vislumbrado en la primera semana de test. Respecto a la pasada campaña, la principal novedad visual que ya presentan todos los coches sobre el asfalto es el halo, que pese a las críticas de numerosos pilotos, la reglamentación ha obligado a implementar a todas las escuderías.
La muerte de Jules Bianchi en 2015 sentó las bases de este revolucionario sistema. El francés, como Massa en 2009, sufrió un duro impacto en su cabeza. La Federación Internacional de Automovilismo (FIA), desde entonces, ha barajado un sistema que evitara que cualquier objeto o pieza que se desprendiera de un coche pudiera alcanzar el rostro de alguien, así como evitar un impacto en la misma zona en un accidente. Desde 2016 se habló de la posibilidad de este elemento, que se ha hecho realidad en 2018.
Algunos pilotos se han mostrado algo reacios a la implantación del sistema, por que no resulta nada estético y es un quebradero de cabeza para los mecánicos. Sin embargo, todos han sabido comprender que es necesario para evitar desgracias que se han producido en el pasado. Pero… ¿es realmente un elemento de seguridad? Lo cierto es que uno de sus mayores detractores, Sebastian Vettel, ha expresado que no le resulta cómodo a la hora de pilotar y que deberán modificar algunas cosas para evitar que la pérdida de visibilidad les afecte.
“El halo ciertamente no es algo espléndido. En primer lugar la visibilidad no es la mejor. Además, el pilón central es bastante molesto y creo que tendremos problemas en la vista diagonal hacia arriba”, ha indicado el piloto alemán en declaraciones concedidas a la web italiana F1grandprix.motorionline.com. El tetracampeón del mundo, que espera acabar con la sequía de Ferrari (no gana un título desde hace una década), ha expresado que trabajan “en las luces de los semáforos para no tener problemas”. “También estudiaremos algo para las salidas. Dependerá de la posición, pero seguramente insertaremos más semáforos para obtener una vista ideal desde abajo”, ha argumentado.
Vettel, no obstante, es consciente de que este handicap “es el mismo para todos” y que por tanto no les queda otra que “adaptarse”. Sin embargo, como voz autorizada de la parrilla por sus grandes éxitos, ha querido mostrar su ‘rechazo’ a un elemento que puede resultar contraproducente en según que casos. De momento, eso sí, nadie discute que es necesario para evitar contratiempos que en los últimos años han derivado, en algunos casos, en la muerte de los pilotos. La Fórmula 1 camina hacia un proyecto más seguro, pero con muchas cosas por pulir.
Alberto Puente