El Grupo de los 20 pidió este sábado a los países con «desafíos fiscales» que aceleren su consolidación y cuiden al tiempo su crecimiento, en medio de la preocupación por el efecto de la crisis de deuda en Europa sobre la recuperación global.
Los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales del G20 concluyeron este sábado un encuentro de dos días en Busan (Corea del Sur) marcado por el problema de deuda en la Eurozona y el temor a que los efectos de los severos ajustes presupuestarios traspasen las fronteras comunitarias.
«Los recientes eventos subrayan la importancia de unas finanzas públicas sostenibles, que se deben combinar con «medidas creíbles que favorezcan el crecimiento, indicaron los ministros en su comunicado final.
Todos coincidieron en que los ajustes deben hacerse «a la medida las circunstancias nacionales, al tiempo que aplaudieron la acción «decidida» de los gobiernos para afrontar los problemas de deuda en la Eurozona, incluidas las medidas de España, Grecia y Portugal.
Las peticiones de los ministros
La ministra española de Economía, Elena Salgado, que representó a la presidencia de turno de la UE, se mostró a favor de una «rápida» consolidación fiscal en Europa, pero sin excederse en la «frenada» y acompañada de reformas estructurales que potencien el crecimiento.
Al término de la reunión, sin embargo, el ministro surcoreano de Finanzas y anfitrión del encuentro, Yoon Jeung-hyun, expresó su preocupación al considerar que la situación en la Eurozona está retrasando, «indirectamente, las estrategias de recuperación en algunas naciones.
Otros, como el titular argentino de Finanzas, Amado Boudou, consideraron que se ha puesto «demasiado énfasis» en la consolidación fiscal.
«Es cierto que es importante, pero «creemos que hay que seguir manteniendo estímulos a la demanda, afirmó Boudou en una rueda de prensa.
Fomentar el crecimiento
En este sentido, el G20 reconoció que junto con los esfuerzos para acelerar la reducción del déficit es necesario seguir fomentando el crecimiento.
Una consolidación fiscal más rápida «al principio tendrá un efecto negativo, pero a medio plazo es positiva para el crecimiento, indicó al término del encuentro el director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn.
El responsable del FMI dijo que, para afrontar los efectos a corto plazo de los ajustes en Europa, es necesario «reequilibrar el crecimiento doméstico en las economías emergentes, clave para la reactivación económica.
El gobernador del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, afirmó por su parte que ha habido un entendimiento «muy bueno» de las medidas adoptadas por Europa, acogidas, dijo, como «una de las mejores formas de la Unión Europea para restaurar la confianza».
Insistió en que el propósito es «ser sostenibles, y que las medidas de ajustes «reforzarán la confianza y ayudarán a consolidar la recuperación».
La reforma del sistema fiscal fue otro de los puntos centrales de las discusiones, mantenidas en un exclusivo hotel de la ciudad portuaria de Busan.
«Se requiere de mayor transparencia y del refuerzo de los balances bancarios, así como mejorar el modo de gobernar las empresas financieras, indicó el comunicado.
Normas nuevas
Así, se acordó cerrar para finales de este año, previsiblemente en la Cumbre del G20 en Seúl en noviembre, nuevas normas para mejorar los estándares de capital y liquidez de los bancos.
Donde no hubo acuerdo fue en la cuestión de una tasa bancaria global, destinada a recuperar el dinero gastado en el rescate de las entidades financieras y tener fondos para cubrir hipotéticos rescates en el futuro.
La tasa la apoyan EEUU y Europa, mientras la rechazan Canadá, Australia y los países emergentes al considerar que puede ahogar el crédito.
Aunque muy debatida en los días previos a la reunión, finalmente la posibilidad del gravamen no fue mencionada en el comunicado final, que indicó solo que «el sector financiero debe hacer una contribución justa y sustancial dirigida al pago de la carga asociada a las intervenciones de los gobiernos».
El G20 está integrado por los miembros del G8 (EEUU, Canadá, Reino Unido, Rusia, Italia, Francia, Reino Unido y Alemania, los países más ricos del mundo), además de por la Unión Europea (UE), Corea del Sur, Argentina, Australia, Brasil, China, la India, Indonesia, México, Arabia Saudí, Sudáfrica y Turquía.