El nuevo Gobierno de Hungría, formado por el conservador partido Fidesz, intentó este sábado enviar un mensaje de tranquilidad a los mercados financieros internacionales y aseguró que la situación económica del país está «estabilizada».
«Las declaraciones anteriores (sobre una posible bancarrota) son exageradas, manifestó en una rueda de prensa el jefe del gabinete del Gobierno magiar, Mihály Varga, responsable de una comisión encargada de investigar el estado verdadero de la economía de Hungría.
La posibilidad de una nueva crisis presupuestaria en el país centroeuropeo causó gran nerviosismo este viernes en los mercados, con fuertes bajadas en las bolsas, especialmente en España.
Eso sí, Varga acusó al anterior gobierno, liderado por el economista independiente Gordon Bajnai, de haber mentido sobre el estado real de las cuentas públicas.
«Existen grandes diferencias entre la realidad y lo publicado por el anterior gobierno, dijo el secretario de Estado húngaro.
En este sentido, explicó que los datos difieren en los ingresos de impuestos, los gastos del sector público y los gastos efectuados en relación con empresas de transporte, como la aerolínea Malév.
Habrá que determinar «quiénes son los responsables» de que no se publicaran los números correctos (o que fueron manipulados) y de dar los pasos adecuados, agregó.
Deuda pública magiar
En todo caso, la capacidad de financiación de la deuda pública magiar «no está en duda» y el Gobierno sigue con la intención de cumplir el objetivo de un déficit público del 3,8 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) este año, dijo Varga.
Para que esa meta pueda ser cumplida «hay que realizar profundos cambios enseguida, afirmó el representante del Gobierno húngaro, cuya economía es una de las más afectadas por la actual crisis.
Fuentes del Gobierno magiar advirtieron este viernes de la posibilidad de que el déficit presupuestario suba este año hasta el 7,5 por ciento del PIB.
En octubre de 2008, tras desatarse la crisis financiera internacional, Hungría recibió un préstamo de 20.000 millones de euros del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Unión Europea (UE) y el Banco Mundial (BM) para salvar al país de la quiebra.