El próximo jueves entra en vigor la subida del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), una medida impopular que ha recibido las críticas de la oposición y de importantes sectores económicos y con la que el Gobierno pretende conseguir una recaudación adicional de 1.900 millones de euros.
La subida del IVA establece un incremento de dos puntos en su tipo general de gravamen, que pasará al 18%, y de un punto del reducido, que será del 8%.
El Ejecutivo consideró que la subida de este impuesto era conveniente hacerla en el segundo semestre por entender que entonces ya se habría iniciado la recuperación económica, una decisión que posteriormente ha sido respaldada por los principales organismos internacionales.
Sin embargo, el propio Gobierno y diferentes entidades han admitido que el aumento del IVA puede afectar negativamente al crecimiento económico a corto plazo, aunque Economía confía en que este efecto desaparezca posteriormente.
El IVA consta en la actualidad de tres tipos impositivos: el superreducido (4%) que se mantendrá como está, el reducido (7%) y el general (16%).
El tipo superreducido grava el consumo de alimentos básicos como el pan, la fruta o los huevos, así como los libros, el material escolar, los medicamentos o las viviendas de protección oficial.
El reducido se aplica a la compra de todos los alimentos -excepto los básicos que se incluyen en el súper reducido-, las viviendas, el transporte, la hostelería, la asistencia social o sanitaria o los servicios culturales y de espectáculos.
Por último, el IVA general se aplica a todas aquellas operaciones para las que no está previsto otro tipo impositivo.
Aportación a las arcas del Estado
Según el Ministerio de Economía y Hacienda, el IVA aporta a las arcas del Estado más de la cuarta parte de la recaudación por impuestos, ya que de cada 100 euros ingresados 26,31 corresponden a ese tributo.
Así, los últimos datos de ejecución presupuestaria hasta mayo indican que los ingresos impositivos, que representan el 92,7% del total, crecieron el 7,4% respecto a los cinco primeros meses del año pasado, hasta alcanzar los 65.988 millones.
Este aumento de los ingresos impositivos se debió principalmente a la recaudación por IVA, que aumentó el 21,9%, hasta recaudar 22.446 millones.
A este incremento contribuyó, según Hacienda, el descenso de las devoluciones anuales por el impuesto y el aumento de los ingresos por los aplazamientos concedidos durante los meses precedentes.
A la espera de conocer con datos los efectos reales de esta medida, se suceden los análisis y previsiones que apuntan a un efecto negativo a corto plazo.
El Banco de España ya justificó en parte el hecho de que el consumo de los hogares volviera a crecer en el primer trimestre del año porque muchas de las decisiones de gasto tomadas en este periodo se anticiparan a la subida del IVA.
En la misma línea, Funcas espera para este segundo trimestre un estancamiento del PIB, con una notable caída del consumo público a causa de los ajustes, pero también augura una aceleración del consumo privado por la anticipación de las compras a causa de la subida del IVA.
Según una encuesta de las Cámaras de Comercio, el 92% de las empresas son contrarias a la subida del IVA, si bien el 57% la apoyaría si se redujesen proporcionalmente las cotizaciones sociales.
Además, el 48,8% de las empresas indica que trasladará la subida del IVA a los precios, el 24,4% que asumirá todo el impacto y el 26,8% que combinará ambas opciones, mientras que el 50,6% no cree que los consumidores estén adelantando las decisiones de compra, mientras el 28% sí lo piensa.
Críticas
Además de la crítica de sectores clave como el de la automoción, la construcción o el comercio, que advierten de que la medida afectará a sus negocios y no les ayudará en la recuperación, la subida del IVA ha sido fuertemente criticada por la oposición, sobre todo por el PP.
Los populares han hecho del IVA uno de sus argumentos contra la política económica del Gobierno y han presentado numerosas iniciativas parlamentarias para que las Cortes exigiesen al Ejecutivo su retirada
Sólo han tenido éxito en el Senado, donde se aprobaron mociones del PP y del BNG para pedir la supresión de la subida, pero no han conseguido aprobar estas iniciativas en el Congreso.