La vicepresidenta segunda del Gobierno español, Elena Salgado, subrayó este domingo la utilidad del fondo de garantía de depósitos de las entidades financieras españolas para hacer frente a eventuales crisis, pero abrió la puerta a ampliar la base gravada, limitada ahora a los depósitos.
En rueda de prensa en el marco de la cumbre del G-20 que se celebra en Toronto, Salgado defendió la apuesta europea por una tasa bancaria que evite que haya que rescatar más bancos con dinero de los contribuyentes y elogió el modelo español, porque el fondo es sufragado por el sector de forma proporcional y está disponible para todas las entidades.
Aunque no hay consenso en el G-20, los países europeos ya han acordado establecer una tasa bancaria y Salgado garantizó que España no abandonará el fondo de garantía de depósitos, aunque sí podría adaptarlo para que no se calcule solo en base a los depósitos, sino también con otros pasivos, como «las emisiones o los productos interbancarios».
Rebaja del déficit
Por otra lado, la vicepresidenta defendió la decisión europea y española de acelerar la consolidación fiscal para reducir el déficit, aunque coincidió con el resto de miembros del G20 en la necesidad de impulsar el crecimiento.
A su juicio, la consolidación fiscal generará confianza y ése es un factor «esencial» para el crecimiento.
El compromiso es rebajar el déficit a la mitad para 2013 y estabilizar la deuda como porcentaje del PIB para 2016, dos objetivos que, recalcó Salgado, no implicarán nuevos ajustes en España ni supondrá «ninguna dificultad» porque las metas europeas son más ambiciosas.
Recordó así que la previsión española es estabilizar la deuda en 2012 y situar el déficit en el 3 por ciento en 2013.
«Para la estabilidad de la zona euro consideramos absolutamente imprescindible prestar atención a la consolidación fiscal; y tenemos que hacerla compatible con el crecimiento, por lo que las medidas de ajuste se han dirigido al gasto, en vez de a los ingresos, explicó.
Nuevas propuestas
Al margen de esta cuestión, defendió la publicidad de los test de resistencia a los que se someten las entidades financieras, un compromiso que ya ha adquirido España y también la UE.
Abogó también por reforzar las instituciones financieras internacionales y destacó el consenso en torno a la necesidad de equilibrar las cuotas del Banco Mundial, donde España se encuentra entre los países infrarrepresentados.
Respecto a las nuevas exigencias de capital que se quieren imponer a la banca para mejorar su solvencia, conocidas como Basilea III, recordó que está previsto que los trabajos concluyan para la próxima cumbre del G20 en Seul, en noviembre, para ponerlas en marcha antes de 2012, aunque habrá un periodo transitorio.
Según Salgado, no será sólo por el interés de la banca, sino también de los diferentes países que quieren una implantación gradual para evitar que se constriña más la concesión de crédito a las empresas y los hogares.