La campana de contención de petróleo sobre el pozo averiado en el golfo de México responde bien a las recientes pruebas y por primera vez desde el comienzo del derrame ha dejado de manar petróleo al mar, según la firma BP.
En un comunicado, la empresa petrolera indicó que «durante las pruebas las tres aberturas (de la campana) están cerradas, lo que a efectos prácticos cierra el pozo… Aunque no se puede garantizar, se espera que no se vierta petróleo al mar durante la prueba».
BP, la empresa responsable del vertido, retomó las pruebas de resistencia de la campana tras haberlas suspendido la pasada noche al detectar una grieta en el obturador.
«Las pruebas comenzaron este viernes de acuerdo con los procedimientos aprobados por el Mando Nacional de Incidentes» y hasta el momento se desarrollan con normalidad, indica el comunicado.
Los primeros ensayos durarán al menos seis horas y podrían prolongarse hasta 48 horas, añade la declaración.
No obstante, la empresa advierte de que aunque deje de verterse petróleo al mar durante el periodo de prueba «eso no quiere decir que el flujo de crudo y gas del pozo se haya detenido de manera permanente».
A lo largo del periodo de pruebas se irá midiendo la presión interna de la campana. Si es demasiado baja, ello apuntará a la existencia de otra fuga similar a la detectada anoche y habría que comenzar de nuevo.
En una rueda de prensa este viernes, el coordinador de la lucha contra el vertido por parte del Gobierno de EE.UU., el almirante Thad Allen, indicó que si se registra una presión alta será una buena noticia, pues querrá decir que el dispositivo funciona como es debido y está en condiciones de soportar el flujo de crudo.
Si los ensayos dan resultados positivos y la campana puede entrar en funcionamiento, se conectaría mediante tuberías a barcos de carga en la superficie.
Según Allen, el sistema tendría capacidad para trasvasar hasta 80.000 barriles diarios, una cantidad superior a la que mana del pozo averiado.
Se calcula que en la actualidad fluyen del pozo entre 35.000 y 60.000 barriles de petróleo diarios.
La campana sólo está concebida como un remedio provisional al desastre, la peor catástrofe ecológica en la historia de EE.UU. y que ha entrado este viernes en su día número 87.
La solución permanente llegará cuando se terminen de perforar dos pozos auxiliares, a través de los cuales se inyectará una mezcla de barro pesado y cemento que sellará definitivamente el pozo.
El vertido comenzó después de que el 20 de abril, por causas que aún se desconocen, estalló y se hundió en el mar la plataforma petrolera Deepwater Horizon, gestionada por la petrolera BP, hecho en el cual once trabajadores perdieron la vida.