El Gobierno irlandés aceptó ayer el plan de rescate de la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que obligará a este país a acometer una profunda reestructuración de su sistema bancario y de su política presupuestaria.
Así lo afirmó el primer ministro irlandés, Brian Cowen, tras confirmar que, a petición de su Gobierno, los ministros europeos de Finanzas acordaron ayer la activación del mecanismo financiero de ayuda de Irlanda por un montante «inferior a los 100.000 millones de euros».
La cifra es bastante superior a las previsiones del titular de Finanzas, Brian Leniha, quien confiaba en que el plan de rescate no superase los «70.000 u 80.000 millones de euros».
El «Taoiseach» (primer ministro irlandés) dijo que el Ejecutivo abre ahora otra ronda de negociaciones con las autoridades competentes para determinar los detalles y condiciones del rescate, cuyos fondos irán destinados, por un lado, a corregir la política presupuestaria del Estado irlandés y, por otro, a sanear su sistema bancario.
De hecho, Cowen evitó hablar de cifras o requisitos concretos, pero desde Dublín y Bruselas se espera que el anuncio sea suficiente para generar confianza en los mercados internacionales cuando éstos abran este lunes.
Los inversores extranjeros saben que Irlanda dispondrá durante los próximos tres años de una «caja de ahorros» o «fondo de contingencia» al que acudir en caso de emergencia, según las palabras usadas por Lenihan para describir al plan de rescate.
«El Gobierno celebra el acuerdo alcanzado en la reunión del Eurogrupo, en el que se establece que la oferta de ayuda a Irlanda es crucial para salvaguardar la estabilidad de la UE y de la zona euro», dijo Cowen.
El fondo de rescate, cuyo vencimiento se ha fijado en 2013, será financiado mediante el mecanismo de asistencia del presupuesto comunitario, la Facilidad de estabilidad financiera creada en julio pasado y el FMI.
«Unos de los elementos centrales de programa (de ayuda) consistirá en acometer una profunda reestructuración a largo plazo de la viabilidad y salud del sistema bancario irlandés», explicó el primer ministro en una rueda de prensa junto con Lenihan.
A este respecto, el «Taoiseach» anunció que el tamaño de su sistema bancario se reducirá significativamente como parte del plan de reestructuración previsto en el fondo de rescate de UE y el Fondo Monetario Internacional FMI.
Cowen también confirmó que el impuesto sobre sociedades se mantendrá en el 12,5%, a pesar de que varios países europeos califican esta tasa, clave para atraer a Irlanda inversiones extranjeras, de competencia desleal.
Lenihan, por su parte, indicó que el Reino Unido y Suecia, ambos fuera de la moneda única, se han ofrecido a contribuir al rescate con un «préstamo bilateral» si Irlanda lo pide, tal y como hizo el país escandinavo en el pasado con Islandia y Letonia.
El consejo de Ministro del Ejecutivo de Dublín también finalizó ayer la redacción del plan de austeridad cuatrienal, que será presentado este martes y cuyo objetivo es reducir el déficit hasta el 3% del PIB en 2014 mediante de recortes valorados en 15.000 millones de euros.
Según Cowen, la UE y el FMI ya han aprobado su aplicación, cuya primera fase comenzará el próximo 7 de diciembre si el Parlamento nacional refrenda los presupuestos generales para 2011, que prevén recortes de hasta 6.000 millones de euros.
El «Taoiseach» señaló que se impondrá entonces un nuevo régimen fiscal, similar al que existía antes de 2006, y que, además, podría crear impuestos adicionales sobre, por ejemplo, las propiedades y sobre esa clase social que aquí llaman «superricos».
En los nuevos presupuestos también se contemplan drásticas reducciones de las prestaciones sociales y, quizá, del salario mínimo interprofesional, que con casi 9 euros la hora, es el segundo más alto de la UE.