El Gobierno irlandés presenta su plan de ajustes cuatrienal, que incluye recortes por un valor de 15.000 millones de euros para lograr reducir el déficit público de este país hasta el 3% el Producto Interior Bruto (PIB) en 2014.
El «Plan de Recuperación Nacional» para los próximos cuatro años prevé recortes de 3.000 millones de euros en las prestaciones sociales, el ahorro de 1.200 millones mediante la eliminación de 24.750 puestos funcionarios y una subida generalizada de los impuestos. El primer ministro irlandés, Brian Cowen, aseguró al presentar el plan que las medidas tienen como objetivo recuperar la «confianza de la ciudadanía» y demostrar que el país tiene «futuro».
El «40% de los contenidos» del plan, que contempla recortes por un valor de 15.000 millones de euros para lograr reducir el déficit público hasta el 3 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) en 2014, debe ser alcanzado en 2011, indicó Cowen. La primera fase de ese plan echará a rodar el próximo 7 de diciembre en el Parlamento con la presentación de los presupuestos generales para 2011, cuya aprobación es clave para que Irlanda pueda acceder al rescate financiero de la UE y del FMI.
El plan de austeridad, recogido en un documento de 150 páginas, prevé la introducción de un nuevo régimen fiscal e impuestos sobre la propiedad y el agua, así como recortes en las prestaciones sociales y en el salario mínimo interprofesional.
El Ejecutivo ha recordado que las posibilidades de Irlanda para acceder a los fondos de la UE y FMI pasan por un drástico aumento, por ejemplo, del impuesto sobre la renta, y por la aprobación de los presupuestos de diciembre, cuyo objetivo será ahorrar unos 6.000 millones de euros durante el próximo año.
Según los expertos, el Estado necesita ingresar durante los próximos cuatro años 10.000 millones de euros a través de la reducción del gasto público y otros 5.000 millones con una profunda reforma de su régimen fiscal.
El Gobierno, no obstante, no elevará su controvertido impuesto sobre sociedades, tal y como le reclaman algunos socios comunitarios, que en la actualidad está fijado en el 12,5% y que Dublín considera crucial para atraer inversiones extranjeras a la isla.
Aunque el monto final del rescate financiero no ha sido aún anunciado, los medios nacionales estiman que éste podría acercarse a los 95.000 millones de euros. El temor ahora es que esa cantidad no sea suficiente para desarrollar el citado plan de austeridad, dada las escasas perspectivas de crecimiento de la economía irlandesa en los próximos años.
Desde ciertos sectores también se alerta de la sangría de depósitos que están sufriendo los bancos nacionales, que en lo que va de año, han visto una fuga de capitales por un valor de 23.000 millones de euros.
En este contexto, la agencia Standard & Poor’s rebajó este miércoles la calificación de la deuda irlandesa a largo plazo desde la categoría AA- a A con perspectiva negativa, al considerar que este país tendrá que acceder a un rescate financiero para su banca mayor que el previsto.
Asimismo, en un comunicado emitido este miércoles, la agencia indicó que rebajó la deuda irlandesa a corto plazo de A-1+ a A-1 por los mismos motivos. Según la nota, el «rating» de Irlanda volverá a rebajarse próximamente si las conversaciones que mantiene el Gobierno de Dublín con la UE y el FMI sobre el rescate financiero a este país no logran frenar las necesidades de liquidez de este país para hacer frente a su deuda.
Una ayuda de la UE y el FMI
El primer ministro irlandés, Brian Cowen, confirmó este miércoles que su Gobierno negocia con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) un plan de rescate por un valor de 85.000 millones de euros, aunque precisó que esa cifra no es definitiva.
«El tamaño de cualquier programa no se ha decidido aún, pero se ha hablado de una cantidad de 85.000 millones de euros», señaló Cowen, quien presenta este miércoles un plan de ajustes cuatrienal clave para acceder a los fondos de ayuda de la UE y FMI.
En una intervención ante el Parlamento nacional (Dáil), el «Taoiseach» (primer ministro) calificó el rescate como un fondo de contingencia, al que podría recurrir el Estado en caso de necesitarlo.