Los ataques especulativos al euro dificultan un debate adecuado sobre el futuro de Europa y el diseño de sus presupuestos para a partir de 2014, según el comisario de Presupuestos y Programación Financiera de la Unión Europea (UE), Janusz Lewandowski.
El comisario europeo reconoció que los ataques que sufre la moneda única provocan nerviosismo e inquietud en la UE y hacen que sus estados miembros sean menos solidarios.
En su opinión, la gente tiene que darse cuenta de que Europa ya no compite sólo con EEUU, sino que es una carrera global frente a países como China, India o Brasil, y sólo la suma de todos permite al Viejo Continente ser un competidor global.
Lewandowski se mostró preocupado por los cambios que se han producido, respecto al proyecto económico de una Europa común, en la opinión pública de países como Holanda, aunque en este caso es más achacable a los problemas de inmigración, o Alemania, que no quiere ser el último salvador del resto de la UE, que se han sumado a los euroescépticos tradicionales: Reino Unido y Escandinavia.
Polonia
Además, aquellos países miembros que aún no forman parte de la zona euro, como es el caso de Polonia, de donde procede este comisario europeo, están observando la situación, ya que, aunque su objetivo es el euro, esperan que sea una fuente de fuerza común y no de problemas comunes.
A su juicio, dichos países quieren participar en el diálogo sobre el futuro proyecto europeo y conocer sus mecanismos de solidaridad y de rescate, su resistencia a la crisis y el papel del Banco Central Europeo (BCE), cuestiones a las que hay que encontrar respuestas en 2011, «si queremos evitar que la crisis continúe», agregó.
Actualmente, la UE tiene problemas para alcanzar un acuerdo sobre los presupuestos para 2011, lo que ocurre por primera vez desde 1984, aunque Lewandowski espera que aún se puedan salvar en la reunión de la próxima semana, porque cuando «nos ponen contra la pared, siempre es posible un compromiso».
El problema con el presupuesto para el próximo año no está en las cifras -se ha acordado un incremento del 2,9% respecto al 2010-, sino en la elasticidad, defendida por el parlamento europeo, pero lo que separa a este órgano del consejo es la visión que tienen sobre el modelo de su colaboración en el futuro.
Si finalmente no se lograra el acuerdo, esto significaría por ejemplo 800 millones de euros menos para el rescate de Irlanda, explicó.
El paro de España
También para España, con una tasa de paro tan elevada, las ayudas europeas -regionales y al sector agrario- son muy importantes, según Lewandowski, porque el dinero europeo es de inversión e impulsa el mercado laboral.
Aunque se mostró convencido de que España no es Grecia ni Irlanda, señaló que es un momento muy particular para el país ibérico, que se defiende de los ataques especulativos de los mercados financieros ante una atenta mirada de toda Europa.
No obstante, al tratarse de una economía con más peso que la de Irlanda (un 1,7% de la eurozona) o Grecia (un 2,6%), al representar casi un 12%, los programas que lleva a cabo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero son fundamentales, aunque seguramente no son muy populares entre la población porque suponen «recortes», dijo.
Aseguró que Europa tiene en cuenta la situación de España para el diseño de los futuros presupuestos, y destacó que ya hay una noticia muy positiva como es que habrá nuevas ayudas a la minería de carbón para el período 2014-2018, aunque puede que no sea tan buena para la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, porque implica más gastos, bromeó.
También se refirió a la política agraria europea -gracias a la que se mantiene la rentabilidad del sector- que es muy importante en caso de España o Francia, al permitir mantener los niveles de empleo en la agricultura y evitar el abandono del campo.
Lewandowski añadió que está trabajando en que las regiones españolas sigan contando con ayudas europeas y se pretende desde la UE «endulzarles» el difícil tránsito que supone pasar de recibir grandes cantidades de dinero a no recibir nada, por haber superado la media europea de reconversión, límite para su obtención.