Pues sí, no podía ser otro: España. Al menos, eso es lo que dice Banco Santander, en uno de esos restringidos informes que sólo reparte entre sus clientes de alto standing. Aunque de momento el impacto todavía es razonablemente limitado, “el mercado más expuesto sería España, seguido de Italia”, señalan los expertos del banco que preside Emilio Botín. No en vano, el 11% de nuestras importaciones de gas proceden de Egipto, mientras otro 2% llega de Libia. Y ojo, que otro 33% procede de Argelia (sin contar el gasoducto de Medgaz), país donde han comenzado también los disturbios que han debido ser contenidos por las fuerzas de orden. Las cosas ahí no están como en Egipto o Libia, pero sí están revueltas. Eso es lo que dice el citado documento.
Por compañías, señalan como principal afectada a Gas Natural Fenosa entre otro ramillete de empresas en las que también incluye a Enel (la propietaria de Endesa), la alemana RWE, Gaz de France, Suez Enviroment y Veolia. A Gas Natural Fenosa le que otorga un precio objetivo de 10,30 euros por acción, es decir, un 20% por debajo de la cotización de cierre de este martes y eso que se dejó un 0,8% en la última sesión, debido a la caída que sufrió la Bolsa, que dejó al Ibex un 1% por debajo de la apertura.
Los principales ejecutivos de la energética española han reiterado la confianza en los cumplimientos de los contratos firmados tanto en Libia como en Argelia. Pero Repsol suspendió su actividad en el país que maneja con mano de hierro Gadafi, quien este martes tuvo una intervención sin precedentes en la televisión pública y avisó de que no le temblará el pulso lo más mínimo, a pesar de que ya ha comenzado la represión contra la ciudadanía. O sea, el asunto parece lejos de solucionarse.
Mientras tanto, el precio del barril Brent superaba este martes los 106 dólares por unidad y no falta quien augura que de continuar los conflictos, puede superar los 120. Algo que constituiría una tragedia para los países desarrollados que atraviesan una seria crisis, empezando, por supuesto por España.
En estas economías están a punto de tener lugar movilizaciones por el encarecimiento de los carburantes. Es inevitable: los colectivos profesionales relacionados con el transporte no van a aceptar amablemente que se dispare el precio del gasoil y el gas mientras les cae la cifra de negocio.
Para las familias, además, el fantasma de la subida de tipos de interés está ahí: si el crudo llega a los 120 dólares, las cifras de inflación asustarán realmente. ¿Se imaginan lo que puede pasar en España, con 4,6 millones de parados, si suben tipos y aprietan más el panorama a todos los hipotecados? Más vale que se suavicen las cosas en África o lo sufriremos todos.