Así respondió Zapatero en la sesión de control al Gobierno a la pregunta del presidente del PP Mariano Rajoy, sobre cómo valora que la economía española haya caído el 0,1 % en 2010 frente al crecimiento del 1,7 % de media en la zona euro.
Zapatero recordó en su réplica a Rajoy el intento del golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 y señaló que merecía que se recordara este acontecimiento por parte de los que sienten profundamente esa defensa de la libertad, «que somos todos los que estamos en esta Cámara».
En cuanto a la pregunta en sí, Rajoy acusó a Zapatero de ser un lastre para la política económica de España, mientras que el presidente del Gobierno reiteró que el programa del PP es echarle a él la culpa de todo.
El presidente del PP, Mariano Rajoy, ha opinado que «es absurdo» y «poco respetuoso con un Parlamento democrático» que el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, respondiera a su pregunta económica en la sesión de control del Congreso con un recuerdo al 30 aniversario del 23-F.
Unos minutos antes, a una cuestión del líder de los populares sobre las perspectivas de crecimiento, Zapatero ha destacado que hoy, cuando se cumplen 30 años de aquel intento de golpe de Estado, no quería discutir con Rajoy, y así, ha rendido un homenaje a la preservación de la democracia.
En los pasillos de la Cámara Baja, en declaraciones a los periodistas, que le han preguntado por ello, Rajoy ha reconocido que le parece «absurdo» lo que ha hecho Zapatero.
«Decir que no me contesta porque es 23 de febrero es poco respetuoso con un Parlamento democrático, que es precisamente lo que intentaban los del 23-F», ha subrayado el líder del PP antes de señalar que en materia económica el presidente «tiene difícil dar una respuesta».
Rajoy ha añadido que «por suerte España es una democracia y va a seguir siendo así».
Acto seguido, en esa línea, ha comentado que Zapatero «tiene la obligación» de responder los asuntos que le suscita la oposición, aunque sea la economía, algo en lo que Zapatero «tiene poco que decir» y sobre lo que evita precisiones.
El presidente del Gobierno, unos instantes después, también en los pasillos del Congreso, ha ironizado sobre estas declaraciones de Rajoy: «Como es la primera vez que debatimos sobre economía…».
Durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso, Zapatero contestó así a una pregunta del diputado del Grupo Mixto Francisco Jesús Jorquera sobre si el Ejecutivo cree que la reestructuración que necesita el sector financiero es acabar con las cajas de ahorros.
En este sentido, el presidente dijo que el Gobierno «no puede asumir bajo su responsabilidad que existan entidades, este miércoles o mañana, que no tengan solvencia y fortaleza, y que no puedan captar recursos», lo que en su opinión, provocaría «un daño directo al sistema y a la economía».
Por este motivo, indicó Zapatero, el Gobierno ha llevado a cabo un proceso de reestructuración «necesaria, imprescindible» en la que se enmarca el real decreto ley aprobado el pasado viernes por el Consejo de Ministros.
Añadió que en ese marco de reestructuración, el Ejecutivo «procura mantener la naturaleza de las cajas, fundamentalmente en la dimensión que han tenido históricamente para contribuir al desarrollo y la cohesión, que es la dimensión de la Obra Social.
No obstante, recordó que no hay Obra Social sin beneficios y si las entidades no son «fuertes y solventes», «lo demás es querer cerrar los ojos y mantener una actitud que sería profundamente irresponsable».
Durante su intervención, el diputado del grupo Mixto reprochó al Gobierno que con las nuevas medidas aprobadas, que elevan las exigencias de capital principal de las entidades cotizadas, se pone en peligro la Obra Social de las cajas.
En su opinión, aunque el Ejecutivo lo niegue, «lo que se pretende es practicar una política de nacionalización usando los recursos públicos para hacer a las cajas atractivas y venderlas a precios de saldo».
En este sentido, Zapatero aseguró que lo peor que puede pasar es tener entidades financieras que pongan en riesgo parte de la actividad económica y, por supuesto, al sistema financiero con alguna caja o banco que tenga problemas a largo plazo, algo que -según dijo-, «no va a consentir el Gobierno».