El importe adjudicado se ha quedado en la parte baja de lo inicialmente estimado por el Estado, que oscilaba entre 4.500 y 5.500 millones de euros, pese a que la demanda de las entidades -más de 8.000 millones de euros- ha sido muy elevada.
En las tres subastas celebradas este año de letras a 12 y 18 meses -en enero, febrero y marzo- el Tesoro había logrado reducir el interés marginal.
Las nuevas dudas que suscitan el rescate de Portugal, la reestructuración de la deuda griega o la delicada situación de los bancos irlandeses, a los que la agencia de medición de riesgos Moody’s ha castigado hoy con una nueva rebaja, afectaban tanto a la puja española como a su prima de riesgo.
El riesgo país de España, que se mide con el diferencial entre el bono nacional a diez años y el alemán del mismo plazo, comenzaba la sesión en 204 puntos básicos, pero remontaba a esta hora hasta 224, su nivel más alto desde el 10 de marzo.
La rentabilidad del bono español, que se situaba después de la subasta en el 5,576 %, no superaba el 5,5 % desde la misma fecha.
También el mercado de renta variable acusaba la renovada desconfianza de los mercados hacia la deuda española, de modo que el principal indicador bursátil, el Ibex-35, caía minutos después de las emisión el 1,12 % lastrado por los bancos.
En la anterior subasta de letras a 12 y 18 meses, celebrada el pasado 15 de marzo, se colocaron 5.500 millones de euros con los intereses más bajos desde octubre de 2010. España aún debe afrontar este semana otra cita con los mercados de deuda, ya que el miércoles celebra una emisión de obligaciones a diez años, a la que se añade una con carácter extraordinario con vencimiento en 2024.