Los ministros de Finanzas de la zona euro propusieron este martes al presidente del banco central italiano, Mario Draghi, para sustituir al francés Jean-Claude Trichet en la Presidencia del Banco Central Europeo (BCE), según informó este martes el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker. «Mario Draghi será el nuevo presidente del BCE», dijo Juncker, quien aseveró que el banquero italiano goza de «una reputación internacional y europea excelente», al ser un «un banquero fuertemente unido al euro» a la unión económica y monetaria y a la construcción europea.
«Tiene todos los elementos que son necesarios para ser un digno sucesor de Jean Claude Trichet, que fue un eminente presidente del banco», añadió el presidente del Eurogrupo. La decisión de los ministros de Finanzas del euro deberá ser refrendada por los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea durante la cumbre que se celebrará el 24 de junio, según el calendario previsto, tras escuchar la opinión del Parlamento Europeo al respecto.
De lograr el visto bueno de los líderes de la UE, el italiano de 63 años, antiguo vicepresidente del banco de inversiones Goldman Sachs, ocupará el puesto en octubre, cuando termina el mandato de Trichet. El acuerdo entre los ministros se ha producido pocos días después de que la canciller alemana Angela Merkel aceptara la candidatura del banquero italiano, también presidente del Consejo Europeo de Estabilidad Financiera, tras valorar sus planteamientos sobre «la cultura de estabilidad» de precios.
La futura Presidencia del BCE se había convertido en un asunto polémico en Alemania tras la renuncia del primer candidato de Berlín para el puesto, el expresidente del Bundesbank Axel Weber. La designación de Draghi se produce en medio de la inestabilidad que vive la zona euro por la crisis de la deuda, con tres países rescatados -Grecia, Irlanda y Portugal-, una recuperación económica a dos velocidades -centro y periferia- y presiones inflacionistas por el precio del petróleo y las materias primas.
Pese a sus posiciones más relajadas de su pasado, Draghi es considerado un partidario de la ortodoxia en control de precios, al mostrarse favorable a las subidas de tipos de interés para contener la inflación, pese a sus negativas consecuencias sobre la recuperación económica en la periferia de la zona euro.
Estrella Digital/Efe