Estados Unidos condenó este jueves la violencia en Yemen y subrayó que los últimos acontecimientos en ese país subrayan la necesidad de una transición política ordenada.
En declaraciones desde Deauville (Francia), donde el presidente de EEUU, Barack Obama, participa en las sesiones del G8, el consejero adjunto de Seguridad Nacional, Ben Rhodes, señaló que la Casa Blanca sigue la situación «muy de cerca».
«Condenamos la violencia contra los manifestantes, cualquier violencia en Yemen y creemos que subraya por qué es tan urgente y por qué presionamos para que se ponga en marcha el acuerdo patrocinado por el Consejo de Cooperación del Golfo», subrayó Rhodes.
Ese plan propone la formación de un gobierno de unidad nacional, la cesión del poder al vicepresidente, Abdo Rabo Mansur Hadi, en el plazo de un mes, y la celebración de elecciones dos meses después. «Es una cuestión urgente que avancemos hacia un acuerdo que cumpla las aspiraciones del pueblo yemení», reiteró.
La crisis en Yemen, donde la oposición protesta contra el régimen desde enero pasado, se encuentra a punto de desembocar en una guerra civil, tras cuatro días de duros combates entre los seguidores del jeque tribal Sadeq Abdalá al Ahmar y las fuerzas de seguridad.
En declaraciones a Efe, Al Ahmar instó este jueves a todas las tribus del país a que se le unan en la lucha armada contra el presidente, Ali Abdalá Saleh, poco después de la emisión de una orden de detención contra el líder de la poderosa e influyente tribu Haser.
«La primavera árabe», el tema de la cumbre
Los dirigentes de los ocho países más ricos del mundo (G8) inician la cumbre de dos días en Deauville (Francia) en la que debatirán la «primavera árabe», la crisis económica, la seguridad nuclear y la regulación de Internet.
La reunión comienza a las 10.45 GMT con un almuerzo de trabajo ofrecido por el anfitrión, Nicolas Sarkozy, al presidente de EEUU, Barack Obama, el ruso Dmitri Medvedev, y los primeros ministros de Japón, Reino Unido, Italia, y Canadá, junto con la canciller alemana, Angela Merkel.
Los ocho dirigentes, cuyos países representan dos tercios del Producto Interior Bruto (PIB) mundial y el 50 por ciento del comercio, tratarán la fragilidad de la recuperación económica, y la crisis de la deuda de la eurozona, y probablemente, de manera informal, la sucesión del director gerente del FMI.
También intervendrá el primer ministro japonés, Naoto Kan, para informar de la situación en su país tras el seísmo de marzo y la catástrofe en la central nuclear de Fukushima.
Estrella Digital/Efe