El Tesoro Público ha adjudicado 3.311 millones de euros en la emisión de bonos a tres años y en la reapertura de una línea de obligaciones con vencimiento el 31 de enero de 2015, cerca del rango alto de los objetivos previstos, de entre 2.500 y 3.500 millones de euros. Sin embargo, como era de esperar tras el rebrote de las tensiones en los mercados, la rentabilidad ha repuntado hasta sus niveles más altos desde 1997.
Concretamente, la emisión de bonos a tres años se salgó con una colocación de 2.200 millones de euros, frente a una demanda de 4.716 milliones de euros, más del doble, si bien algo más baja que en emisiones anteriores. El tipo marginal se ha situado en el 4,90%, su nivel más alto desde 1997 y superior al del 4,32% de la última colocación.
Por otro lado, la reapertura de la emisión de obligaciones a con vencimiento en 2015 se saldó con una colocación de 1.111 millones de euros y una demanda de 2.668 millones de euros. En este caso, la rentabilidad se ha situado en el 5,05%.
Los próximos exámenes tendrán lugar el próximo 16 de agosto, con una emisión de letras a 12 y 18 meses, y el 18 de agosto, dos días después, con una subasta de obligaciones.
La vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, afirmó a última hora de ayer que España seguirá adelante con las subastas previstas porque no se ha suspendido ninguna emisión, «ni en los momentos de mayor tensión», y porque confía en que este rebrote de la desconfianza solo dure unos días.
«No hemos suspendido ninguna subasta, y nos parece que es bueno que se siga viendo nuestra capacidad de acudir a los mercados, aunque hayamos pagado en el pasado algún interés mayor, pero en otros momentos ha bajado», subrayó.
Salgado recordó que las emisiones de deuda realizadas hasta la fecha por el Tesoro público han cubierto ya dos tercios de las necesidades de financiación del año, y apuntó que la deuda terminará el año en el entorno del 68% del PIB, muy lejos de países como Alemania o Bélgica que superan el 100%.
La rentabilidad media de las emisiones de deuda a corto plazo, del 2,519% sigue siendo baja en relación con el tipo medio, que se sitúa en el 3,89%, mientras que en el caso de la deuda a largo plazo, esta rentabilidad se ha disparado hasta el 6,191%.
Estas diferencias se observan en cualquier tipo de papel. Así, el último tipo en las letras a tres meses fue del 1,95%; a seis meses, del 2,65%; y a 12 meses, del 3,76%; mientras que a 18 meses, el tipo subió por encima del tipo medio, hasta el 3,98%. Para las obligaciones 15 años, el tipo fue del 6,22%, y para las emitidas a 30 años, la rentabilidad alcanzó el 6,01%.
En el caso de los bonos a tres años, como los que se subastan el viernes, en la última emisión de este ‘papel’, celebrada el pasado 7 de julio, los inversores desembolsaron 1.500 millones de euros a un tipo marginal del 4,320%, superior al 4,051% de la subasta anterior y por encima del tipo medio.
Aquella emisión se realizó el mismo día que el BCE subió los tipos de interés al 1,5%. El viernes podría repetirse la misma historia, si bien no está previsto que la institución presidida por Jean-Claude Trichet mueva ficha y aplique una nueva subida por encima del 1,5%, dadas las actuales circunstancias.
Las emisiones de deuda a corto plazo han acumulado más de la mitad del importe adjudicado en lo que va de año, con 58.284 millones de euros, aunque solo un poco por encima de los 56.626 millones de la deuda a largo plazo, sobre un total de 114.910 millones de euros.