La Comisión Europea ha negado ese martes que la UE esté humillando a Italia, pero ha repetido su exigencia al primer ministro, Silvio Berlusconi, de que presente medidas «muy específicas» en materia de ajuste fiscal y reformas estructurales antes del miércoles.
«No hay ninguna humillación», ha sostenido el portavoz de Asuntos Económicos. «Es la vigilancia por parte de los socios, que es normal en el marco de una unión política y monetaria», ha subrayado.
«Se trata de salvaguardar la estabilidad financiera de la eurozona. Lo que pasa en Italia tiene un impacto en todos los otros países de la eurozona», ha zanjado.
La UE exige en particular a Italia antes de la cumbre del Eurogrupo del miércoles más ajustes fiscales y reformas en materia de pensiones, mercado laboral y justicia.
Berlusconi se comprometió a tenerlas listas a tiempo en la reunión bilateral que mantuvo el domingo con el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso y el del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, según ha dicho la portavoz de Barroso, Pia Ahrenkilde.
«Todavía no hemos recibido los compromisos que Italia indicó que presentaría», ha dicho la portavoz.
No obstante, Barroso «está convencido de que Italia va a responder a las incertidumbres y dudas que existen porque Italia es una economía muy fuerte».
La Comisión ha eludido aclarar qué ocurrirá si Berlusconi no aporta las decisiones exigidas.