El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha alertado de que la ruptura de la eurozona o de la UE tendría un coste inicial del 50% del PIB y de que Alemania se contraería un 3% y perdería un millón de puestos de trabajo si se redujera el número de países que forman parte del euro. Barroso ha respondido así a las informaciones que apuntan a que Alemania y Francia están diseñando a raíz de la crisis de deuda una Europa a dos velocidades, que podría suponer la salida del euro de algunos países como Grecia y excluiría a los Estados miembros que todavía no han entrado en la moneda única.
«Es muy importante no aceptar divisiones en el interior de nuestra Unión, incluso si la zona euro puede y debe avanzar con una integración más profunda», ha dicho la portavoz de Barroso, Pia Ahrenkilde. El presidente de la Comisión se refirió a los costes de la ruptura de la zona euro en un discurso pronunciado el miércoles por la noche en Berlín. Las cifras vienen de un estudio elaborado por la entidad alemana Allianz, según ha explicado la portavoz.
Barroso decidió citar estas cifras en defensa de la eurozona porque «ve, en la situación actual, surgir amenazas en el horizonte y considera que es su deber recordar los riesgos», ha asegurado Ahrenkilde. «La UE y la eurozona van juntas. Una Unión divida no funcionaría y crear la idea de que tenemos dos Uniones significa la separación de los miembros de la eurozona respecto a los que todavía no han entrado en el euro», ha insistido la portavoz parafraseando el discurso de Barroso.
El presidente de la Comisión rechaza «imponer condiciones adicionales para los países que quieren estar en el núcleo de la Unión» porque «no sería justo» y defiende una «Unión unificada» en la que la integración de la eurozona no se haga «en detrimento» de los países que todavía no están en el euro.