Los títulos de Banco de Valencia se desplomaban más de un 20% y se intercambiaban a un precio de 0,59 euros casi una hora después de la apertura del mercado. Las acciones de la entidad regresaban este jueves al parqué tras la intervención del Banco de España con un ‘agujero’ hasta marzo de 562 millones de euros y en la apertura de la sesión cedían un 4,73%, hasta los 0,705 euros por acción.
El pasado lunes, cuando la CNMV acordó la suspensión de Banco de Valencia, los títulos de la entidad financiera cotizaban con una caída del 3,27%, hasta los 0,74 euros. El supervisor bursátil ha decidido su vuelta a cotización tras haber sido puesta a disposición del público «información suficiente de las circunstancias que aconsejaron la adopción del acuerdo de suspensión».
El Banco de España acordó el pasado lunes, 21 de noviembre, intervenir el Banco de Valencia, entidad integrada en Banco Financiero y de Ahorros (BFA), y le destinó 3.000 millones de euros de dinero público, 1.000 millones para fortalecer su capital y 2.000 millones de línea de crédito para asegurar su liquidez. Además, el organismo presidido por Miguel Angel Fernández Ordóñez sustituyó a los administradores del banco a petición de su consejo y señaló que lo administrará «para estabilizarlo y recapitalizarlo» con el fin de afrontar su posterior enajenación en un proceso competitivo.
El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), organismo dependiente del Banco de España, nombró administradores provisionales en el Banco de Valencia a José Manuel Oliver Martínez, Margarita Reyes Medina y Fernando Viladomat Carreras. El Banco de España ha cifrado en al menos un importe bruto de 562 millones de euros el déficit de provisiones de Banco de Valencia para los riesgos crediticios y activos adjudicados o adquiridos en pago de deudas analizados individualmente a cierre del primer trimestre.
Este déficit podría ser mayor a resultas de las conclusiones que el Banco de Valencia deberá, según requiere el escrito de requerimientos del Banco España, extraer sobre las potenciales pérdidas del resto de la cartera crediticia no analizada individualmente.