El primer ministro británico, David Cameron, se ha quedado aislado este viernes en su rechazo al nuevo Tratado que prepara la eurozona para endurecer la disciplina fiscal. El resto de Estados miembros de la UE, incluidos Hungría, República Checa y Suecia, ha expresado en las últimas horas su disposición a sumarse al pacto tras consultar a sus parlamentos. «Los jefes de Estado o de Gobierno de Bulgaria, República Checa, Dinamarca, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumanía y Suecia han indicado la posibilidad de formar parte de este proceso tras consultar con sus parlamentos cuando sea apropiado», asegura la declaración final adoptada al término del Consejo Europeo.
Cameron ha vetado una reforma de los Tratados a Veintisiete tras la negativa del resto de líderes europeos a otorgarle las garantías que reclamaba para eximir a la City de Londres de la regulación financiera de la UE. Draghi ha calificado el acuerdo de «muy buen resultado» y ha asegurado que está «bastante cerca de un buen pacto fiscal». Los líderes europeos esperan que el compromiso sobre las nuevas reglas de austeridad deje al BCE la vía despejada para aumentar su compra de bonos españoles e italianos.
En cuanto al resto de instrumentos para combatir la crisis a corto plazo, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, ha destacado que los líderes europeos «han decidido reforzar los recursos del FMI concediéndole 200.000 millones de euros, cuya confirmación debe producirse en diez días». La UE espera «contribuciones paralelas de la comunidad internacional».
Los jefes de Estado y de Gobierno han acordado además fortalecer los cortafuegos financieros con los que cuenta la UE para frenar el contagio a España e Italia. Ello se logrará adelantando a julio de 2012 la entrada en funcionamiento del fondo de rescate permanente, en lugar de junio de 2013 como estaba previsto. A diferencia del actual, basado únicamente en garantías, el mecanismo permanente contará con capital desembolsado, lo que le facilita mantener la máxima calificación crediticia y un mayor apalancamiento.
Además, ya no se exigirá la unanimidad de los Estados miembros para activar las ayudas sino que se fija un umbral del 85 por ciento, para evitar vetos de países como Eslovaquia o Finlandia. Y los líderes europeos se comprometen a revisar en marzo de 2012 si es posible aumentar la dotación del fondo por encima de 500.000 millones de euros.
Veto de Alemania
Sin embargo, Alemania ha vetado el resto de propuestas para reforzar el fondo de rescate planteadas por el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. En particular, no ha habido acuerdo sobre la idea de otorgar al fondo licencia bancaria para que tenga acceso a la financiación del Banco Central Europeo (BCE), lo que multiplicaría su potencia de fuego.
La canciller alemana, Angela Merkel, ha vetado también la propuesta del presidente del Consejo Europeo de abrir la posibilidad a largo plazo de emisiones de deuda conjuntas en la eurozona. «No hemos logrado un acuerdo esta noche sobre este tema», ha admitido Van Rompuy.
Sin embargo, ha anunciado que los líderes europeos le han dado mandato para presentar un nuevo informe sobre integración fiscal en junio y ha dejado claro que volverá a insistir con los eurobonos. «Discutiremos otra vez de este tema, y espero que sea cuando las aguas estén más calmadas y el clima más sereno», ha dicho.
Eso sí, los 27 se han comprometido a no pedir en el futuro a la banca que contribuya al rescate de países, como ha ocurrido en el caso de Grecia. «Nuestro primer enfoque sobre la participación del sector privado, que tuvo un efecto muy negativo en los mercados de deuda, termina ahora de forma oficial», ha dicho Van Rompuy.
Disciplina fiscal a dos velocidades
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha asegurado que el pacto fiscal acordado por los líderes europeos recoge todas las exigencias que habían planteado Francia y Alemania. En particular, todos los países de la eurozona estarán obligados a fijar por ley, a ser posible en la Constitución, un límite de déficit del 0,5 por ciento del PIB.
A los Estados miembro que superen el umbral del 3 por ciento de déficit que permite el Pacto de Estabilidad se les aplicarán multas automáticas a menos que una mayoría cualificada de los Estados miembros se oponga. Y se darán nuevos poderes a la Comisión para que pueda pedir modificaciones en los presupuestos nacionales de los países con problemas.
«Hubiéramos preferido una reforma de los Tratados a 27. No ha sido posible teniendo en cuenta la posición de nuestros amigos británicos», ha dicho Sarkozy para justificar que se haya optado por un nuevo Tratado internacional al margen de la UE para consagrar el pacto fiscal. «Para aceptar una reforma de los Tratados a 27, (el primer ministro británico) David Cameron ha pedido lo que todos hemos considerado inaceptable, un protocolo en el Tratado que permita eximir a Reino Unido de algunas reglas sobre servicios financieras», ha explicado el presidente francés.
«No hemos podido aceptarlo porque consideramos que parte de los problemas del mundo vienen de la desregulación de los servicios financieros», ha insistido. Sarkozy ha dicho que los únicos países de la UE que no se sumarán de momento al Tratado intergubernamental son Reino Unido y Hungría porque se autoexcluyen y Suecia y República Checa porque requieren consultas parlamentarias.
«Lo que se ofrecía no corresponde a los intereses británicos y por eso no lo he aceptado», ha explicado Cameron en rueda de prensa.
El presidente francés ha señalado que el texto del Tratado deberá estar redactado en marzo, mientras que Van Rompuy se ha mostrado convencido de que será posible ratificarlo mucho más rápidamente que si se tratara de una reforma de los Tratados actuales. Ambos mandatarios han indicado que tanto la Comisión como el Tribunal de Justicia podrán actuar en el nuevo marco legal pese a que esté al margen de la UE.
«Siempre he dicho que los 17 Estados de la eurozona necesitan recuperar la credibilidad. Y creo que esto puede ocurrir, va a ocurrir, con las decisiones de hoy», ha dicho Merkel al término de la reunión. Merkel ha asegurado que los líderes europeos han logrado «un resultado muy importante» porque han aprendido de sus «errores pasados».