El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha elogiado implicitamente los progresos de España e Italia al referirse a los ajustes y las reformas adoptadas por varios países de la eurozona que en los últimos meses han logrado avances «muy extraordinarios», subrayando que la creación de empleo debe ser el objetivo primordial de los mismos.
Al ser cuestionado por países como España o anteriomente Italia, el máximo responsable de la política monetaria de la zona euro declinó valorar la situación de un país en concreto, aunque aseguró que a nivel general la percepción es que «los países están realizando serios esfuerzos de consolidación y reformas estructurales (…) Es muy extraordinario lo que hemos visto en los últimos cuatro o cinco meses».
Así, el banquero italiano señaló que como consecuencia de las medidas de consolidación fiscal se produce una «coontracción fiscal» que, en su opinión, debe ser mitigada a través de la adopción de reformas estructurales que permitan crear empleo y recuperar la confianza.
Por otro lado, Draghi se mostró claramente partidario de alcanzar una mayor integración fiscal entre los miembros de la eurozona, para lo que urgió a los líderes europeos a suscribir el pacto fiscal lo más pronto posible, apuntando que sería preferible «si se firma el acuerdo a finales de este mes antes que esperar a marzo».
Signos de estabilización
El presidente del BCE cree que la recuperación de la actividad económica de la zona euro a lo largo de 2012 sólo será «muy gradual», lastrada por las tensiones en los mercados financieros, si bien se aprecian incipientes signos de estabilización de la actividad, aunque a un nivel muy prematuro.
El banquero italiano explicó en su habitual rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Gobierno del BCE, que decidió por unanimidad mantener los tipos en el 1%, que la entidad espera que la economía se recupere en 2012, aunque muy gradualmente. «Existen sustanciales riesgos a la baja para las perspectivas económicas de la eurozona en un entorno de elevada incertidumbre, relacionados con la intensificación de la crisis de deuda de la zona euro y su contagio potencial a la economía real», advirtió Draghi.
«Como se preveía, las actuales tensiones financieras continúan lastrando la actividad de la eurozona, aunque según recientes indicadores hay signos tentativos de estabilización de la actividad en niveles bajos», añadió. En este sentido, el presidente del BCE apuntó que estos riesgos a la baja sobre las perspectivas económicas contribuirán a relajar las presiones inflacionistas, aunque reconoció que los precios se mantendrán por encima del objetivo del 2% durante varios meses.
En cuanto a la política monetaria del BCE, Draghi declinó comprometer futuros movimientos de la institución al subrayar que el banco central nunca asume compromisos de antemano, mientras aseguró que la politica es y será «acomodaticia».
El crédito
La histórica subasta de liquidez a tres años celebrada por el Banco Central Europeo (BCE) el pasado 21 de diciembre, en la que 523 entidades europeas recibieron más de 489.000 millones de euros, evitó una profunda contracción del crédito en el sistema financiero de la zona euro, según ha asegurado Draghi.
«Ciertamente ha evitado lo que hubiera podido ser una grave restricción del crédito en nuestro sistema bancario con todas las consecuencias negativas que se habrían producido», afirmó el banquero italiano al valorar la subasta de liquidez a tres años. En este sentido, el presidente del BCE apuntó que será necesario más tiempo para juzgar con mayor amplitud los efectos de esta operación, que volverá a repetirse en febrero, aunque rechazó que los bancos se hayan limitado a salvaguardar los fondos recibidos en la ‘hucha’ del BCE.
Así, Draghi defendió que desde la celebración de esta subasta se aprecia una cierta reapertura en los mercados de bonos y los bancos se han asegurado frente al riesgo de una falta de liquidez y cuentan con más tiempo para gestionar sus fondos y obligaciones.
«Ese dinero no está simplemente depositado en el BCE. Está circulando», dijo Draghi, quien señaló que la cuestión acerca de si esta liquidez está fluyendo hacia la economía real deberá analizarse con el paso del tiempo, puesto que existe un decalaje entre la toma de medidas y su reflejo en la economía.