El Palacio de la Moncloa abre sus puertas a la primera visita internacional de esta X Legislatura. El invitado de honor ha sido el presidente de la República de Francia, Nicolás Sarkozy, quien horas antes recibía de manos del Rey Don Juan Carlos -por su apoyo y colaboración en la lucha antiterrorista-, la más alta condecoración que otorga la Corona española, el Toisón de Oro. Tras finalizar este encuentro en el Palacio Real, el presidente francés se trasladaba a La Moncloa para inaugurar la agenda internacional del presidente español, Mariano Rajoy.
Un momento de máxima expectación, no sólo por el interés mediático e informativo del contenido de la reunión, sino también por ser ésta la primera vez que el líder del Ejecutivo español ofrecía una rueda de prensa como presidente del Gobierno y se enfrentaba a las preguntas de los periodistas. El juego sólo permitía 4 preguntas (dos formuladas por la prensa española y otras dos por la prensa francesa), aunque los periodistas lo teníamos muy claro: la «impopular» subida de impuestos en España y la grave crisis económica que sufre la eurozona, -azotada recientemente por las notas de las agencias de calificación-, han sido los dos temas del día.
Desde que Rajoy tomó posesión de su cargo, el pasado 21 de diciembre, las comparecencias públicas han sido escasas. El primer «tijeretazo» de su legislatura fue anunciado por el núcleo duro de su Ejecutivo (su vicepresidenta y sus ministros económicos). Y a continuación explicado en el Congreso por el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro. No hubo ocasión de escuchar al presidente al respecto hasta la entrevista que concedió en exclusiva a la agencia EFE, donde reconoció que aunque no le gustó y le resultó «dolorosa» la subida del IRPF, la desviación presupuestaria con la que se encontró a su llegada al poder, -de dos puntos por encima de las previsiones iniciales-, le «obligó» a tomar esta decisión.
Este lunes, los periodistas no hemos perdido la oportunidad de preguntarle sobre esta subida y la posibilidad de que se produzcan más en el futuro, como por ejemplo la del IVA. A este respecto, Rajoy ha sostenido que ya ha subido los impuestos «suficientemente», de hecho cree «perfectamente conciliable» seguir luchando por reducir el déficit con no hacer ninguna subida más en los próximos meses, aunque ha advertido -por si alguien se emocionaba- de que «en la vida nada es para siempre». «Creo que ya hemos subido suficientemente los impuestos; ahora, dicho esto le digo que es perfectamente conciliable ir reduciendo el déficit público con no hacer ninguna subida de impuestos más en los próximos meses; ahora, de la misma manera que le digo eso, también tengo que decirle que en la vida nada es para siempre», ha dicho textualmente Rajoy.
Palabras que él mismo ha matizado al autopreguntarse y responderse directamente: «Si me dice ahora ¿qué es lo que le gustaría a usted? Bajarlos». No obstante, y aunque ha mostrado que ése es su deseo, también ha indicado que no lo ve probable en los próximos meses, pero sí en el futuro, siempre y cuando se retome la senda del crecimiento y la creación de empleo. «Sé que esta subida no ha gustado a nadie», ha dicho el presidente del Gobierno, «pero no cabía otra alternativa», ha vuelto a institir, tras aclarar que él sigue creyendo que el «dinero tiene que estar en manos de los contribuyentes».
La crisis en la zona euro
Los temas que Sarkozy y Rajoy han tratado en su primer encuentro en La Moncloa no sólo han sido económicos, sin embargo, sí han sido éstos los que más han atraído la atención en la conferencia de prensa que ha tenido lugar tras la reunión de ambos mandatarios. Pese al intento del presidente español -al inicio de su intervención- por centrar la atención en ETA y en la futura posición de España en Europa, el debate finalmente ha estado marcado por las agencias de calificación y los recortes y reformas estructurales que ambos países están llevando a cabo, principalmente España, cuyas medidas han sido alabadas y catalogadas de «valientes» por el mandatario francés.
«Los dos estamos muy preocupados con la situación por la que atraviesa Europa», ha dicho Rajoy al inicio de su discurso, quien ha asegurado que ambos coinciden en la necesidad de «actuar pronto». «No estamos para perder el tiempo», ha advertido el mandatario español tras confirmar su apoyo a la iniciativa francesa de fijar una tasa que grave las transacciones financieras: “Que se discuta, se acuerde y se haga ya la tasa de transacciones financieras”, ha declarado el presidente español, tras aclarar que no es que esté más cerca de Francia, -que aboga por la implantación urgente de ese impuesto, frente a Alemania que prefiere ir con menos prisa-, sino que él cree que se deben de tomar todas las medidas que sean necesarias y de manera urgente para salir de «esta situación».
El presidente francés, por su parte, se ha mostrado muy reticente a hablar de las finanzas francesas y se ha negado a responder a una pregunta sobre si considera un fracaso la rebaja de la calificación de la deuda soberana que la agencia Standard & Poor’s anunció el viernes. A diferencia de Rajoy, que acaba de llegar al poder, el liderazgo de Sarkozy está a escasas semanas de volver a enfrentarse al examen de las urnas. Noticias como la rebaja de calificación de este viernes no le convienen y él lo sabe.
El mandatario francés ha declarado que las agencias de calificación no deben dirigir la política económica de un gran país. «Debemos de mantener la sangre fría ante este tipo de informaciones», ha advertido Sarkozy. «Debemos reducir nuestro déficit, reducir los gastos, mejorar la competitividad». «No nos volvamos locos porque una agencia ha hecho un comentario u otro», ha instado. Palabras con las que Rajoy ha asegurado coincidir, y que ha completado apelando a la «fortaleza de la unión» y a su «conjunto» para superar la crisis y prometiendo que «España va a estar y a participar en la UE».
Elsa Sardina Vejo