El secretario general de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Taleb Rifai, ha alentado a las empresas a que sigan invirtiendo en África y en su «creciente mercado turístico» durante el foro de Inversiones Turísticas en África (Investour), que celebra su tercera edición.
«Con una inversión adecuada, las llegadas de turistas seguirán aumentando, los inversores obtendrán un excelente rendimiento, se crearán puestos de trabajo y toda la economía saldrá ganando», ha asegurado Rifai, quien ha explicado que África ha sido una de las regiones que más ha crecido en la última década.
Los ponentes presentes en el foro respaldaron las observaciones de Rifai, subrayando la importancia del turismo para el continente en términos de desarrollo socioeconómico.
Así, el ministro de Turismo y Ocio de Camerún, Bello Bouba Maigari, comentó cómo los proyectos turísticos de África Central ayudaban a «miles de personas a traspasar el umbral de la pobreza», mientras que el representante de la Comunidad de África Oriental (CAO), Nyamajeje Calleb Weggoro, apeló a los «numerosos activos turísticos» del continente. «Apenas hemos arañado la superficie de nuestro potencial», afirmó.
Prioridad para la cooperación española
Por su parte, reconociendo la capacidad del turismo de generar desarrollo, el director general de Casa África, Ricardo Martínez, subrayó la importancia del sector en la agenda global de la cooperación. «Ante la previsión de que 1.000 millones de personas viajen en 2012, tenemos que hacer del turismo una prioridad en la política exterior y de cooperación española», manifestó.
Investour, que contó en su tercera edición con más de 25 países africanos y que estuvo organizado por la OMT, Casa África y Fitur, tiene por objeto incrementar la visibilidad de África como destino turístico y movilizar la inversión en proyectos de desarrollo sostenible de la región.
Las llegadas de turistas internacionales en África pasaron de 27 millones en el año 2000 a 50 millones en 2011, al mismo tiempo que los ingresos por turismo internacional, fuente vital de divisas para la región, se triplicaron en una década, pasando de 10.000 millones de dólares (7.700 millones de euros) en 2000 a 30.000 millones de dólares (unos 23.000 millones de euros) en 2010.