El secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, ha asegurado que la reforma laboral aprobada por el Gobierno está escrita «por la pluma» de la CEOE y la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), de corte liberal.
«La reforma no se justifica ni por el contexto, ni por la formas, ni en sus contenidos», afirmó Toxo en rueda de prensa junto a su homólogo de UGT, Cándido Méndez, y añadió que supone un «desmantelamiento» del derecho del trabajo.
En este sentido, aseguró que los cambios en el mercado de trabajo son «impuestos» por el FMI, el BCE, Alemania y Francia. «Parece una democracia vigilada», criticó. «La reforma puede acelerar la destrucción de empleo en España», advirtió.
“Un país intervenido”
Por su parte, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, aseguró que «la impresión» que transmiten la forma y el contenido de la reforma es de que el Gobierno ha actuado como si España «fuera un país intervenido», tal y como se ha producido en Portugal. «Allí la decisión no la ha tomado el Gobierno, la ha tomado la troika», afirmó Méndez, quien consideró que el Gobierno del Partido Popular (PP) «no actúa con autonomía».
Méndez añadió que la reforma laboral parte de una «error deliberado» por parte del Gobierno que es «ignorar por qué en España la crisis se ha traducido en una forma tan brutal de destrucción de empleo» y aseguró que se ha hecho bajo una «plantilla ideológica, ultraliberal de lucha contra la crisis». «No va a propiciar el crecimiento porque va a ahondar en la recesión y no va a crear empleo», afirmó Méndez.
Además, el secretario general de UGT recordó que los sindicatos ya llegaron a un acuerdo «muy importante» con la patronal, respecto a los convenios colectivos, y que su «voluntad» es seguir con ese acuerdo y desarrollarlo, dentro de «la lógica de lo que se ha firmado».
Por su parte, Toxo auguró un posible aumento de la conflictividad en los grandes sectores empresariales del país, poniendo como ejemplo los astilleros de Cádiz o la reciente situación propiciada por el cierre de Spanair.
Al respecto, Méndez explicó que si antes las posibilidades de acuerdo en las empresas «no eran muchas» ahora «son totalmente inexistentes». «La reforma lo que hace es cortar los escenarios de diálogos en la empresa y ampliar la confrontación, aunque se mantienen la esperanza de que en los empresarios prime la sensatez».
Estrella Digital/EP