Moody’s ha degradado la nota de la deuda helena un escalón, del ‘Ca’ a ‘C’, lo que denota una «situación de insolvencia», es decir, un impago efectivo o anunciado a futuro con mínima expectativa de recobro: la bancarrota.
Este anuncio se ha producido cuatro días después de que la agencia estadounidense Standard & Poor’s rebajara la calificación de la deuda griega hasta «‘default’ selectivo», la fase previa a la declaración de la bancarrota, a pesar de que la Unión Europea (UE) acordara otorgar el segundo rescate financiero a Atenas tras las últimas medidas de austeridad aprobadas por el Gobierno tripartito heleno.
Moody’s justifica esta decisión en un comunicado en el que subraya que los inversores que han participado en el canje de la deuda griega verán como sus participaciones se verán depreciadas en cerca de un 70%. La agencia estadounidense tacha dicho pacto de «pobre intercambio que empuja (a Grecia) a la bancarrota». El canje de la deuda helena reducirá el montante en poder de los tenedores privados, unos 200.000 millones de euros, en cerca de la mitad, unos 107.000 millones de euros.
No obstante, Moody’s reconoce que dicho acuerdo era necesario para la estabilización de Grecia, si bien matiza que «el riesgo de un ‘default’, incluso después de que el canje de la deuda sea completado, permanecerá alto». «Moody’s considera que Grecia lidiará con problemas de solvencia a medio plazo», apostilla la agencia estadounidense en el comunicado.
«Es improbable que el país sea capaz de acceder al mercado privado (de deuda), una vez que el segundo paquete de rescate se agote, puesto que las reformas económicas y fiscales aprobadas harán frente a riesgos de implementación muy significativos», precisa Moody’s.
El Gobierno griego, encabezado por el primer ministro, Lucas Papademos, pretende cumplir con la reducción de la deuda del 160% del PIB del pasado año al 120% del PIB para 2020 estipulada en el acuerdo marco para el desbloqueo del segundo paquete de rescate, valorado en unos 130.000 millones de euros.