La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, ha asegurado que el descenso de un total de 30.113 personas en los datos del paro del mes de mayo supone «una luz al final del túnel».
Durante la presentación de la monografía del Instituto de Estudios Económicos (IEE) ‘España Siglo XXI. En clave de capital humano’, Báñez ha valorado los datos de mayo como «una muy buena noticia», así como que la Seguridad Social haya ganado 77.431 afiliados en dicho mes, «con lo que España ya ronda los 17 millones de cotizantes».
La titular de Empleo ha señalado que ambas cifras son «un elemento positivo en una semana difícil para la economía española» y que suponen un «revulsivo» para seguir trabajando. Sin embargo, Báñez ha incidido en que el Ejecutivo «no está satisfecho porque aún quedan 5,6 millones de personas en paro esperando una respuesta».
En opinión de la ministra, la crisis económica ha demostrado que el mercado de trabajo español ha tenido una «excesiva rigidez, que ha convertido la crisis en «la crisis del paro, pues los empresarios han realizado los ajustes por la vía del despido».»En las épocas de bonanza, España ha tenido un paro estructural muy elevado, lo que ha demostrado que hay que cambiar las cosas, porque el modelo no funciona y se ha traducido en millones de despidos durante la crisis», ha explicado Báñez, quien ha incidido en que, por está razón, el Gobierno ha llevado a cabo una reforma laboral «completa y equilibrada y que da respuestas a los problemas del mercado de trabajo».
Mayor empleabilidad y flexibilidad
Según ha destacado, la nueva legislación ha aumentado la empleabilidad de los trabajadores, «pues antes, cuando la gente salía del mercado de trabajo, le costaba mucho volver a entrar». En este sentido, ha recordado que el Ejecutivo ha reforzado la colaboración público-privada, «permitiendo a las agencias de colocación trabajar con los servicios estatales de empleo, pues toda ayuda para encontrar trabajo a los parados es poca».
Por otro lado, Báñez ha señalado que la reforma dota de mayor flexibilidad a las empresas, «porque un país que quiere ser competitivo no puede ajustar solo con despidos». La responsable de Empleo y Seguridad Social ha explicado que la intención es que las empresas puedan modificar horarios y salarios, «a semejanza de otros países europeos», con el objetivo de que el despido sea «el último recurso».
En este sentido, ha resaltado que la moderación salarial es «clave» en la salida de la crisis, «y así lo han entendido las organizaciones sindicales y la patronal de empresarios», con los que el Ejecutivo firmó a principios de año el convenio de moderación salarial hasta 2014. Además, Bañez ha subrayado que el Gobierno «no ha dinamitado» la negociación colectiva, «sino que la ha modernizado, pues no es normal que en tres años de crisis el 96% de los convenios no se hayan revisado».
Por otro lado, la ministra ha subrayado la «importancia» de la formación, y ha destacado que en la reforma laboral «se reconoce por primera vez el derecho de los trabajadores a formarse para que estén permanentemente reciclándose en un mundo que va a una velocidad de vértigo».
Además, ha recordado la «necesidad» de formación que tienen los jóvenes «llamados ninis, que son los que abandonaron sus estudios para trabajar en sectores como la construcción». Báñez ha abogado por darles un oportunidad por medio del contrato de aprendizaje, «que sienta las bases de la formación dual (empleo y estudios) que está funcionando tan bien en otros países de Europa».
Por su parte, el coordinador de la obra del IEE, Alberto García-Lluis, ha subrayado que en España «hay que mejorar el capital humano, ya que el problema del trabajo precario es que hay muy poca cualificación». El economista ha abogado por un cambio de paradigma en la economía y la empleabilidad para eliminar «la idea de que el trabajo temporal es precario, pues en el futuro los empleos serán cada vez más cortos».