El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha desvelado que el sistema financiero español requerirá más de 40.000 millones de euros, de acuerdo con el informe de evaluación adelantado este sábado por el organismo, cuando la publicación estaba prevista para el lunes.
El FMI advierte de que la recapitalización bancaria necesitaría «alrededor de 40.000 millones de euros» a causa de los costes de reestructuración y de la reclasificación de préstamos, si bien esta cifra verse superada debido a «varios bancos». El objetivo es aumentar las reservas de capital en consonancia con Basilea III, cuyos estándares de solvencia están establecidos en el siete por ciento.
Sin embargo, el FMI sostiene que «el núcleo del sistema financiero de España es sólido», que está «bien gestionado y que resistiría a nuevos shocks», aunque «persisten importantes vulnerabilidades» en el sistema. «En el escenario desfavorable, los bancos más grandes estarían suficientemente capitalizados como para resistir nuevos deterioros», destaca el FMI en el informe.
El estudio ahonda que los más grandes bancos españoles, el BBVA y el Banco Santander, «están los suficientemente capitalizados y disponen de una sólida rentabilidad como para soportar un mayor deterioro de las condiciones económicas». Las «vulnerabilidades» corresponden a un conjunto de los bancos que, a diferencia de los dos anteriores, no están «diversificados internacionalmente», así como a las antiguas cajas de ahorros que se han bancarizado y que ya han recibido ayudas económicas procedentes del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
«Las autoridades españolas han acelerado de forma reciente las reformas del sector financiero a fin de reducir las vulnerabilidades del sistema», subraya la ‘número dos’ del Departamento de Mercados Monetarios del FMI y jefa del equipo de evaluación, Ceyla Pazarbasioglu, en un comunicado. El adelanto de la publicación de este informe se produce después de que la agencia Reuters informara de que España podría pedir formalmente el rescate financiero este fin de semana, citando a fuentes de Bruselas y Berlín.
«Han tomado medidas para abordar la situación de algunos de los bancos más problemáticos y actualmente están llevando a cabo una valoración independiente de todas las carteras, lo cual constituye un paso alentador y debería contribuir a determinar las futuras necesidades de reestructuración», añade Pazarbasioglu, en alusión a las auditorías bancarias que realizarán las empresas Deloitte, PwC, KPMG y Ernst&Young, así como las encargadas por el Gobierno a las compañías auditoras Oliver Wyman y Roland Berger.
No en vano, el FMI urge al Gobierno de Mariano Rajoy a «actuar con rapidez y a no escatimar esfuerzos para la restauración de la confianza en el sistema financiero y para preservar la estabilidad financiera», a tenor de la «rápida evolución de la coyuntura en España y en la eurozona». De lo contrario, «podría exacerbarse la crisis macroeconómica, se erosionaría la confianza de los mercados y socavaría la estabilidad de forma más generalizada», esgrime el FMI.
Así pues, el Fondo emplaza al Gobierno español a «finalizar la recapitalización», a «introducir mecanismos especiales para la resolución» de crisis bancarias y a «implementar los planes de reestructuración de los bancos dependientes del apoyo estatal» en un plazo de un año.
Credibilidad
No obstante, Pazarbasioglu indica que «el grado y la persistencia del deterioro económico pueden implicar nuevas pérdidas para los bancos». «La plena implementación de las reformas, así como el establecimiento de un mecanismo de respaldo público creíble, serán críticos para mantener la estabilidad financiera en el futuro», ha avisado.
En este sentido, la jefa del equipo evaluador del sector financiero español ha enfatizado en que, «en adelante, será crítico comunicar con claridad la estrategia para crear un mecanismo de apoyo creíble para las deficiencias de capital que, según demuestra la experiencia, es mejor sobrestimar que subestimar».
Dicha evaluación ha constado de pruebas de tensión del sector bancario para la detección de vulnerabilidades, en base al agravamiento de la coyuntura económica y de las cuentas de los bancos españoles. La radiografía realizada constata que la resistencia de los bancos a estos shocks varían entre las diversas entidades, principalmente, a causa de los diferentes modelos de negocio, y filosofías en el control de riesgo y calidad.
Por otra parte, el FMI también ha examinado a los organismos supervisores, el Banco de España y Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones.
Al respecto, el Fondo remarca en el informe que en los últimos años el proceso para la implementación de «medidas correctivas» en el sector financiero ha permitido a la continuación de los «banco débiles», en detrimento de la estabilidad financiera.
Como solución, el FMI aboga por mejorar tales procesos y acrecentar la independencia, y la autonomía del Banco de España mediante el refuerzo de sus «poderes sancionadores» para garantizar «un cumplimiento eficaz y el ejercicio de las facultades de resolución de bancos», además de la aprobación de leyes que confieran determinadas competencias al Banco de España para, entre otras cosas, tomar «regulaciones prudenciales» en momentos de excepción.
En los «tests de estrés» realizados para la evaluación, el FMI asegura haber trabajado estrechamente con el Banco de España a la hora de examinar las hojas de balances de las instituciones españoles. En concreto, los parámetros escogidos por el FMI contemplaban una contracción económica del 4,1 por ciento para este año y de un 1,6 para 2013; que el desempleo ascendiera al 26 por ciento a finales del próximo año y que el sector inmobiliario se devaluara un 24 por ciento adicional.