lunes, noviembre 25, 2024
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Europa mira a Irlanda como modelo de éxito de un país intervenido

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Desde que en noviembre de 2010 este país se vio obligado a pedir un rescate a la Unión Europea (UE) y al Fondo Monetario Internacional (FMI), Dublín ha ido cumpliendo uno por uno los objetivos marcados en el programa de ayuda, cuantificado en 85.000 millones de euros.

Aunque la intervención externa en la política económica nacional dejó a los irlandeses en estado de «shock», la ciudadanía, sobre la que ha caído gran parte del peso de los recortes, ha aceptado las durísimas medidas de austeridad aplicadas por el Gobierno y su compromiso para rescatar a los bancos.

Cada trimestre, los inspectores del Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea (CE) y el FMI han certificado el cumplimiento de Dublín con las condiciones de su rescate, incluso cuando ha rebajado las previsiones de crecimiento de su economía.

Según la «troika», el Gobierno cumplió con «holgura» con todas las metas fijadas para 2011, lo que le ha dejado en una posición ideal para «consolidar» esos progresos durante 2012, el año de los tijeretazos más severos.

El Ejecutivo se ha comprometido a aplicar medidas de ajuste encaminadas a ahorrar 4.200 millones de euros durante este año, de manera que pueda reducir su déficit público hasta el 8,6 % del Producto Interior Bruto (PIB) en un contexto de crecimiento del 0,5 %.

La hoja de ruta irlandesa prevé que 1.500 millones de euros irán a parar a las arcas del Estado mediante impuestos adicionales, mientras los 2.100 millones restantes se conseguirán gracias a una severa reducción del gasto público.

El Gobierno ha anunciado también planes para eliminar 23.500 puestos de funcionarios hasta 2015, lo que generará un ahorro de 2.500 millones de euros.

Esto significará que, desde que comenzaron los recortes, habrá una reducción del 12 % en el número de empleados públicos y una rebaja del 15 % en cuanto al ahorro de los gastos.

Con todas estas piezas en su lugar, Dublín confía en poder regresar a los mercados de deuda el próximo año para buscar fuentes de financiación independientes a un tipo de interés más bajo que el 5,8 % que ahora paga para devolver su rescate.

En ese contexto, el Gobierno podría relajar sus políticas de austeridad y acometer planes de estímulo para, por ejemplo, luchar contra el paro, que se sitúa cerca del 15 %.

El Ejecutivo tiene preparado un ambicioso plan de creación de empleo encaminado a generar más de 100.000 nuevos puestos de trabajo durante los próximos cuatro años y a doblar esa cantidad para 2020.

La buena marcha del programa de ayuda también ha animado a este país a impulsar una ofensiva negociadora para tratar de rebajar su contribución al rescate de la banca nacional, una iniciativa que, de momento, se ha topado con el rechazo de Alemania.

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