La dureza en el discurso socialista emprendida por Elena Valenciano hace apenas dos días, se ha diluido tras el viaje de Alfredo Pérez Rubalcaba a Bruselas para reunirse con el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schultz y con Joaquin Almunia, Comisiario de Comeptencia.
Quizá porque este jueves la visita de Angela Merkel a Madrid o la posible compra de deuda del BCE, puede cambiar nuestro ritmo económico. Sea por lo que sea, la cautela y la responsabilidad son de nuevo la base de la oposición. «Quiero ser prudente,no sería sensato pronunciarme ahora sobre el BCE». Aunque sí ha declarado que «sufrimos en primera línea las dudas sobre el euro» porque «estamos ante un problema de especulación». «No es razonable que lo paguen los pensionistas» ha subrayado.
Responsabilidad, cautela y apoyo pero con mensaje claro para evidenciar la postura de los socialistas: el BCE debe comprar deuda y los ciudadanos no deben ser los responsables directos del rescate.
Pero la reunión de Mariano Rajoy con Merkel en Madrid ha terminado, el BCE ha aclaro su postura y el Gobierno continúa sin decidirse, o por lo menos sin pronunciarse sobre la posible inyección de dinero.
La prima de riesgo se ha tranquilizado y la bolsa ha cerrado con ganancias, pero la situación es delicada y los pasos que se tomen a partir de ahora, trascendentales. Por eso, el secretario general del PSOE lo tiene claro. Rubalcaba tiende la mano al Gobierno en Europa, a pesar de que Elena Valenciano le acusase el pasado lunes de no dejarse ayudar, pero la reacción debe ser contundente: «¿Hay que pedirle al Banco Central que actúe? Hay que pedírselo y hay que pedir a los Gobiernos europeos que vean las cosas como las ven los ciudadanos: para bajar la prima de riesgo no hay que bajar las pensiones»».
Según el líder socialista la solución para lograr los objetivos sin atacar al Estado del Bienestar es irrebatible: un Parlamento Europeo centralizado además de una democratización de los mercados «porque no pueden estar por encima del control ciudadano».
De esta forma, las decisiones económicas más relevantes pasarían por un control exhaustivo en Europa antes de ser aprobadas en el Congreso.
Y es que, la perdida de credibilidad de los ciudadanos sobre las instituciones europeas es la nueva preocupación de los socialistas, la degracación de los mecanismos poíticos de la UE. «Hay muchas cosas que se están negociando que se escapan del control ciudadano» y ha elegido como ejemplo la aprobación a través de decreto ley de la reforma financiera. «Los ejes no han sido sometidos a control parlamentario».
Esa es la propuesta de Rubalcaba, que por el momento deberá esperar a las decisiones que se tomen desde La Moncloa, otra vez.
Marina García-Rico