El Gobierno de Mariano Rajoy no sabe, no contesta. La versión oficial sobre la posibilidad de que España pida el rescate total a Europa sigue siendo la misma que este jueves defendió el Ejecutivo en Moncloa: «calma y prudencia» antes de tomar una decisión que probablemente cambiará el devenir de España. Está claro que nadie quiere pronunciarse sobre una cuestión que cada vez inquieta más al Gabinete de Rajoy. Hace unos meses se respondía con «noes» rotundos a una posibilidad que cada día se ve más cercana. Este viernes, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la portavoz gubernamental, Soraya Sáenz de Santamaría, se ha mantenido en el tónica general: ni confirma, ni desmiente. «Son decisiones que no se pueden tomar a bote pronto, ni de la noche a la mañana, porque tienen implicaciones importantes para el país y para el futuro de los españoles», ha respondido la vicepresidente cuando se le ha preguntado sobre cuándo tiene previsto -si es que lo tiene- pedir ayuda financiera a sus socios europeos.
Son decisiones que no se pueden tomar a bote pronto
Este jueves, el Banco Central Europeo (BCE) hacía pública la decisión que había tomado sobre la posibilidad de comprar deuda a los países con problemas de financiación (como es el caso de España): Sí, pero con condiciones. Según informó en rueda de prensa el presidente del BCE, Mario Draghi, el organismo está dispuesto a comprar bonos soberanos a uno, dos y tres años sin límites para reducir los costes de endeudamiento de los países de la zona euro con problemas financieros, siempre y cuando (y aquí se halla la trampa), el país que lo necesite, primero, pida formalmente un rescate, y segundo, acepte una «estricta condicionalidad macroeconómica».
Un anuncio, que pese a que este viernes ha servido para calmar a los mercados -la Bolsa se mantiene en verde y la prima de riesgo se ha relajado hasta los 412 puntos-, no constituye más que un espejismo en medio del desierto que en algún momento obligará al Gobierno a tomar una decisión. Los problemas de financiación por los que atraviesa el país son evidentes -los nuevos objetivos son las pensiones y el estado autonómico-; y el tiempo corre en contra de Rajoy. Por ello, la incógnita que el Ejecutivo deberá de despejar con mayor urgencia es la que este viernes ha protagonizado la rueda de prensa de Moncloa: Rescate, sí o no; y si finalmente es que sí, cuándo.
Hay que respetar los procedimientos
La respuesta oficial que ha vuelto a dar el Gobierno coincide con la que este jueves esgrimían fuentes gubernamentales: «Antes de tomar una decisión, tenemos que analizar con rigor, detalle y sopesando todos los elementos los expuesto este jueves por Mario Draghi». Por el momento, lo único que ha quedado claro es que el Gobierno no hará un anuncio importante antes de la semana que viene. Tal y como ha advertido la vicepresidenta, hasta que no se celebren las reuniones que el Eurogrupo y el Ecofin tienen previstas para los próximos 14 y 15 de septiembre, el Gobierno no contará con un conocimiento «más certero» de las condiciones que Bruselas tiene previsto exigir a aquellos países que soliciten ayuda económica a la Unión Europea. «Hay que respetar los procedimientos», ha insistido Sáenz de Santamaría, convencida de que cuando se toman decisiones que afectan a 45 millones de personas hay que hacerlo contando con «todos los elementos de juicio» sobre la mesa.
Santamaría «respeta la opinión de todos»
No obstante, la «calma y prudencia» de la que alardea el Gobierno no convence y tranquiliza a todos. Este viernes, el vicepresidente de la CEOE, Arturo Fernández, ha pedido en una entrevista en la Cadena Cope al presidente del Gobierno que tome una decisión sobre el rescate «lo más pronto posible». «El tiempo corre y España es un país casi en suspensión de pagos», ha advertido el empresario. Unas palabras que han caído como un jarro de agua fría en Moncloa, donde se sigue insistiendo en la «prudencia y en la responsabilidad de todos».
El Gobierno insiste en que lo importante es «la irreversabilidad del euro»
Según ha reiterado la vicepresidenta del Gobierno, sobre este tipo de cuestiones -haciendo referencia al rescate, pero sin nombrarlo explícitamente- no se puede «opinar a bote pronto» porque se está hablando de «los intereses y el futuro de un país». «Respeto la opinión de todos, pero es el momento de que todos seamos muy prudentes», ha dicho Sáenz de Santamaría, no sólo en alusión a las declaraciones del presidente de CEIM, sino también de Alfredo Pérez Rubalcaba, que este viernes aseguraba en una entrevista en Onda Cero que el PSOE no «apoyará un rescate que suponga más esfuerzos adicionales».
Por el momento, y mientras Rajoy gana una semana más antes de tomar la que probablemente será la decisión más importante de todo su mandato, el Gobierno sigue esforzándose en resaltar lo que a su juicio es lo más importante: «La irreversabilidad del euro». Así fue puesto de manifiesto en el encuentro que este jueves mantuvieron el presidente español y Angela Merkel en La Moncloa, y este viernes también ha sido destacado por Sáenz de Santamaría. «Lo realmente positivo es que todos los países trabajarán por la irreversibilidad de la moneda única tras haberse demostrado que parte del incremento de las primas de riesgo se debe a la incertidumbre de los mercados y a la falta de confianza», ha insistido la ‘número dos’ de Rajoy.
Elsa Sardina Vejo