miércoles, octubre 2, 2024
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Rajoy acabará la legislatura con un 25% de paro, dos puntos menos del actual

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El Gobierno de Mariano Rajoy confirma lo que ya era un secreto a voces: el empleo no mejorará durante esta legislatura. Es más, si comparamos bien los datos, incluso terminará peor que como lo empezó. Cuando el Partido Popular ganó las elecciones el pasado noviembre de 2011, se encontró con una tasa de desempleo del 22,8%, sin embargo, el Gobierno prevé ahora que la tasa de desempleo se quede en 2016 en el 25,1%. Este viernes, el Ejecutivo ha presentado su nuevo programa de estabilidad 2013-2016 y en él se pueden encontrar datos bien interesantes. Según las previsiones con las que trabaja el Gobierno, en términos absolutos, Mariano Rajoy terminará esta legislatura con dos puntos más de paro que el que encontró cuando llegó el poder. Ahora bien, en términos relativos, también se puede confirmar que en 2016 la tasa de desempleo mejorará dos puntos respecto al año en curso. Es decir, la evolución de los datos de empleo que se espera para los próximos tres años es positiva. Así lo ha confirmado el ministro de Economía, Luis de Guindos, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, cuando ha presentado el nuevo cuadro macroeconómico que se remitirá a Bruselas. En 2013 la tasa de desempleo será del 27,1%, en 2014 del 26,7%, en 2015 del 25,8% y en 2016 del 25,1%.

En esta misma línea de evolución optimista de los datos, Guindos también ha presentado las cifras de crecimiento económico que se esperan para los próximos años. Aunque son datos menos generosos que los que se presentó el pasado septiembre junto al anterior proyecto de Presupuestos Generales del Estado, la tendencia sigue siendo positiva. En un principio, el Ministerio de Economía contemplaba una caída del PIB del 0,5% para este año y un incremento del 1,2% para el año que viene. Ahora, con el nuevo cuadro ya elaborado, el Gobierno comienza a hablar de una caída en 2013 del 1,3% y de un crecimiento modesto del 0,5% en 2014. De esta manera, el Ejecutivo vuelve a confirmar que 2014 será el año del crecimiento. No tan positivo como el que en un principio se esperaba, pero sí presupone que las cifras irán a mejor. Eso sí, parece ser que el repunte que ya comenzaríamos a ver a finales de 2013, seguirá siendo un espejismo.

Muchas han sido las ocasiones en las que en esta rueda de prensa se les ha hecho a la vicepresidenta del Gobierno y a los ministros de Economía y de Hacienda una petición de autocrítica. Pero ninguno de ellos han dado su brazo a torcer. El discurso ha vuelto a ser el mismo que durante meses lleva defendiendo Rajoy en todas sus comparecencias: no habrá cambio de rumbo en las políticas económicas del Gobierno. Tanto Sáenz de Santamaría, como De Guindos y Montoro han reconocido que los últimos datos de paro conocido son «malos» y «dramáticos», pero también han insistido en que la senda iniciada es la «imprescindible» para sacar a España de la crisis. En este sentido, todos ellos han remarcado en varias ocasiones en que son previsiones «conservadoras» y «extremadamente prudentes», y que el objetivo del Ejecutivo es que en los años venideros estos datos «puedan ser mejores» que los previstos. «En esta línea trabajamos», ha aseverado en varias ocasiones Santamaría.

Ahora bien, los tres representantes del Gobierno se han esforzado en resaltar los datos positivos conocidos hasta el momento. «De no haber adoptado todas las medidas que hemos adoptado, las cifras actuales serían mucho peores», ha insistido la portavoz gubernamental, que ha vuelto a enumerar la habitual lista que suele sacar a relucir en este tipo de menesteres: la prima de riesgo está controlada, las exportaciones han mejorado, la balanza de pagos es inmejorable y el Tesoro lleva ya varios meses financiándose a muy buen precio. Partiendo de esta base, sí ha reconocido que el Ejecutivo es consciente de que estos datos no son suficientes, pero según De Guindos, los efectos en la vida real se comenzarán a ver «en breves». ¿Cuándo? nadie se atreve aún a hablar de fechas concretas. Según el Ejecutivo, todo dependerá de la «evolución» de la economía no sólo española, sino también europea y mundial. De hecho, este viernes, el ministro de Economía ha insistido en que la situación actual que vive España no es mejor, no porque las medidas aprobadas no hayan sido las adecuadas, sino porque la economía global sigue y seguirá durante un tiempo más en recesión.

Por lo tanto, ¿en qué se basa el Ejecutivo español para hablar de crecimiento en los próximos años? La recuperación económica prevista se sustenta en el sector exterior, ya que la demanda interna tardará en realizar una aportación positiva al crecimiento. Mientras el consumo privado se estabiliza en 2014 y empieza a registrar tasas positivas en los dos años posteriores, el sector de Administraciones registra variaciones a la baja como consecuencia de la necesaria consolidación fiscal. La inversión (formación bruta de capital fijo) despega en 2015 y crece con fuerza (4,3%) un año después. En conjunto, la demanda nacional comienza a registrar una aportación positiva al crecimiento en 2016. La demanda externa, por el contrario, mantiene una aportación positiva al crecimiento. Este año aportará 2,4 puntos al PIB en una senda descendente hasta 2016, sobre la base de que la demanda interna tomará progresivamente el relevo. El objetivo es conseguir un patrón de crecimiento más equilibrado. Durante estos años se mantendrá la pujanza de las exportaciones, hasta crecer un 7,1% en 2016, lo que refleja las fuertes ganancias de competitividad de la economía española. También las importaciones evolucionan al alza, en paralelo con la recuperación de la economía.

Nueva subida de impuestos

El presidente del Gobierno ya había adelantado que este viernes no se subiría el IVA y el IRPF, y así ha sido. Eso sí, con matices. «No se subirán los grandes impuestos», ha anunciado la vicepresidenta al inicio de su comparecencia, aunque sí habrá «algunos ajustes, para converger en Europa, en materia de fiscalidad medioambiental, impuestos especiales y depósitos bancarios», ha aclarado. ¿A cuáles afectará y cuánto supondrá este nuevo ajuste en impuestos? ha sido una de las preguntas más coreadas, pero no ha habido aclaración por parte del Ejecutivo. El ministro de Hacienda ha dicho que prefiere posponer las concreciones por temor a alterar los «mercados a los que afectaría». «Se subirán algunos impuestos especiales», ha insistido en varias ocasiones Montoro, que sí ha adelantado que no afectará a los hidrocarburos, y tampoco al sector de la hostelería.

Lo que sí ha adelantado han sido novedades en el IRPF. No se aumentará, pero el gravamen temporal que se hizo en 2012 y que se extendía hasta 2014, se ampliará un año más de lo previsto. «No vamos a subir el IVA, ya se ha subido, ha sido necesario hacerlo, y está impactando plenamente en 2013, por tanto, las consecuencias (de esta subida) no están agotadas. Tampoco en modo alguno vamos a subir el IRPF, el compromiso del Gobierno es suprimirlo (el gravamen complementario) en 2015, antes no es factible, nos gustaría, pero no es factible», se ha excusado Montoro.

Así pues, también se aplicará un impuesto a las entidades financieras sobre los depósitos bancarios, aunque «tendrá un tipo muy moderado», ha explicado el ministro de Hacienda. Con él se prevé recaudar entre 250 y 300 millones y el Gobierno ha garantizado que «no recaerá sobre los ahorradores». «En España no se grava a los depositantes ni a los ahorradores», ha subrayado Montoro, que ha detallado que el impuesto ya existe para gravar a las entidades bancarias en función de su volumen de pasivo, y lo que hará el Gobierno es aplicar «un tipo muy moderado» que armonice el mercado interior bancario de España. Igualmente, ha señalado que es posible que pueda subir el Impuesto de Sociedades mediante la «eliminación» de algunas deducciones que están minorando la base imponible de grandes contribuyentes, en concreto de aquellas empresas a partir de un nivel de facturación de 20 millones de euros.

Pensiones y recortes

Este viernes se esperaban anuncios importantes en dos capítulos principalmente. En primer lugar, en materia de recortes. Y en segundo lugar, en materia de pensiones. Al final, ninguno de ellos ha generado grandes tituales, más bien confusión. Sobre los «recortes en algunas partidas» que anunció el pasado martes el presidente del Gobierno, al final se limitan «a la reducción de convenios con comunidades autónomas y ayuntamientos», ha explicado Montoro. Según han aclarado fuentes gubernamentales, los ajustes anunciados en 2012 están teniendo su efecto económico en 2013 y por el momento vale con ellos. Tanto es así, que este viernes la Comisión Europea ha avalado que España retrase dos años, hasta 2016, el objetivo de reducir el déficit hasta el 3% del PIB teniendo en cuenta la «difícil situación económica». «La batalla está ahora en seguir con las reformas que se acaban de anunciar», insisten desde Moncloa.

Aunque el verdadero revuelo ha llegado cuando se ha hablado de la Ley de Desindexación de la Economía. Una nueva normativa cuyo objetivo -según el Gobierno- es eliminar los efectos perjudiciales derivados de la vinculación automática al IPC en la formación de precios y costes, y evitar efectos de segunda ronda sobre la inflación. «Supondrá la creación de una nueva regla de indexación, alternativa al IPC, en las rentas públicas», especifica el documento entregado este viernes en Moncloa a los periodistas. Aquí la pregunta clave era si esta nueva norma afectaría a la actualización de las pensiones y la respuesta no ha sido en absoluto esclarecedora. Según Santamaría, el principal efecto de esta Ley de Desindexación se va a producir sobre los contratos públicos, por ejemplo en los de obras, pues su vinculación con la inflación produce una actualización permanente de determinados componentes, como los materiales, que encarece los contratos. Pero, ¿y las pensiones?, se ha vuelto a insistir en varias ocasiones. La respuesta: Todo lo relativo a pensiones se está discutiendo en el marco del Pacto de Toledo.

La vicepresidenta no se ha atrevido a descartar nada. Eso sí, ha aprovechado las preguntas relativas a esta cuestión para indicar que, se vean o no los pensionistas afectados por esta nueva ley, «algunos» ganarán poder adquisitivo este año por el control de la inflación. De hecho, el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha subrayado que «no desecha» la posibilidad de que el IPC se sitúe después del verano «claramente por debajo del 1%». «Por eso, en el caso de la revisión de las pensiones, habrá ganancias simplemente con las subidas establecidas a principios de este año, del 1% y del 2%», ha afirmado De Guindos.

Más categórico, sin embargo, se ha mostrado Montoro en materia de pensiones. «Las ideas del Gobierno sobre las pensiones no van para nada en la línea de aumentar la edad legal de jubilación hasta los 70 años», ha aseverado, después de las innumerables informaciones que han sido publicadas a este respecto en los últimos días.  El ministros de Hacienda ha señalado que el informe que el Gobierno envió a los grupos parlamentarios sobre el factor de sostenibilidad «es un informe de derecho comparado» y ha insistido en que algunas de las cosas que se han publicado, como el posible alargamiento de la edad de jubilación legal hasta los 70 años, «no van a ser así».

Elsa S. Vejo

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