Mucho mejor de lo esperado. Así es como está el sistema bancario español en estos momentos a tenor de las palabras del gobernador del Banco de España, Luis María Linde, en el Congreso de los Diputados. Según él, al cierre del primer trimestre de 2013 registra un coeficiente de solvencia del 11,6%, frente al mínimo exigido actualmente por el acuerdo de Basilea del 8%. Durante la presentación del informe anual de la institución apuntó que en 2012, los saneamiento de la banca española han totalizado 87.000 millones de euros frente a los 32.000 millones del ejercicio anterior.
Linde también indicó que a pesar de que el gran esfuerzo de saneamientos y provisiones llevado a cabo por el sistema bancario español en 2012 dio como resultado unas pérdidas de 43.700 millones de euros, el nivel de solvencia del sistema «ha mejorado».
Todo esto ha sido posible gracias a las operaciones de recapitalización llevadas a cabo acudiendo directamente a los mercados, a la inyección de capital financiada a través del Programa de Asistencia Financiera acordado con las autoridades europeas, por un importe final de 39.000 millones de euros, a la conversión de instrumentos híbridos en instrumentos de capital y a los fondos aportados por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD).
También ha añadido que el «gran esfuerzo» de saneamiento y provisiones que se llevó a cabo el pasado año y la disminución «drástica» del riesgo inmobiliario, permiten afirmar que la banca española «está en condiciones de afrontar las necesidades de provisiones que puedan presentarse este año y, en su caso, en 2014.
Beneficios
En este sentido, ha avanzado que los datos adelantados del primer trimestre permiten ser optimistas, ya que se ha declarado un beneficio global superior a los 4.000 millones de euros. «Todos los grupos bancarios, incluidos los que han recibido ayudas públicas y deben ejecutar planes de reestructuración, han obtenido beneficios», ha declarado.
Además, en cuanto a la liquidez, ha mencionado que ésta ha ido mejorando desde el último trimestre de 2012, pasando de una posición deudora frente al Banco Central Europeo (BCE) de 410.000 millones de euros en agosto de 2012 a algo más de 250.000 millones de euros el pasado mes de mayo.
Pese a todo lo que se ha hecho a lo largo de 2012, Linde ha apuntado que es necesario completar el saneamiento y el reforzamiento de la solvencia del sistema para que se pueda producir la normalización del crédito.
No obstante, ha resaltado que como han reconocido las instituciones de la UE, Banco Central Europeo (BCE) y e Fondo Monetario Internacional (FMI), España está superando la crisis bancaria, aunque ha manifestado que «persisten riesgos e incertidumbres que no permite en absoluto considerar la crisis resuelta».
Más crecimiento en el tercer trimestre
El gobernador del Banco de Español ha avanzado que a partir del tercer trimestre del presente ejercicio la economía española registrará tasas positivas de crecimiento, y aseguró que «la peor fase de esta segunda recesión ha quedado atrás», y ha pronosticado que a finales de año, en concreto, a partir del tercer trimestre, se podrán ver tasas positivas de crecimiento.
El gobernador del Banco de España ha apostado por «fórmulas complementarias» de capitalización, tanto públicas como privadas, adicionales a las pensiones públicas y que refuercen el ahorro durante la vida activa de los trabajadores. «Hay que acometer cuanto antes su estudio e implantación», subrayó.
Durante su comparecencia, Linde afirmó que es preciso mantener el «esfuerzo de actualización y de reformas» en materia de pensiones, un sistema «contributivo y de reparto que necesariamente tendrá que seguir teniendo este carácter», con el fin de hacer frente a los «riesgos de insuficiencia que existen como consecuencia de la evolución demográfica».
En este sentido, dijo que es una buena noticia que casi todas las fuerzas políticas sigan trabajando «en el espíritu del Pacto de Toledo», pero afirmó que a largo plazo el potencial del sistema actual de reparto puede ser «limitado» para asegurar unos estándares de vida acordes con la etapa laboral de los trabajadores.