El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, ha reconocido los avances logrados en España, pero cree que el país tiene aún «pendientes» algunas reformas estructurales, especialmente en el mercado laboral y en materia fiscal.
En declaraciones a los medios tras intervenir en el 'Foro Global España 2014: de la estabilidad al crecimiento', Dijsselbloem subrayó que el desempleo en España es «demasiado elevado» y el mercado laboral no es «tan flexible» como en el resto de la eurozona.
En este contexto, consideró necesario que España amplíe la base fiscal y reduzca cuando sea posible los impuestos al trabajo para asegurarse de que el mercado laboral funciona «aún mejor». Además, también apuntó a la necesidad de reformar el mercado energético.
El presidente del Eurogrupo defendió la importancia de la agenda reformas, ya que tras unas primeras fases de lucha directa contra la crisis y de estabilización de la eurozona, ahora es el momento de «modernizar la economía».
En concreto, instó a hacer frente a los problemas que frenan el crecimiento, a crear un entorno más favorable a los negocios, a abrir los mercados y a preparar a los ciudadanos para que vuelvan al mercado de trabajo.
Como aspectos positivos, destacó que el Gobierno español ha tomado las medidas necesarias para el sector financiero, «la preocupación número uno durante el momento álgido de la crisis». Así, apuntó que la implementación del programa acordado con la troika se ha hecho «muy bien» y ahora los bancos españoles están a la cabeza de la eurozona «en muchos aspectos».
En esta línea, recalcó que el discurso del Rey Don Juan Carlos es «alentador», ya que coincide con él en que España está saliendo de la crisis, pero aún tiene trabajo por hacer. «No puede haber complacencia», apostilló.
El presidente del Eurogrupo subrayó que es una responsabilidad de todos los políticos de la eurozona tomar medidas para volver a crear empleo y dar oportunidades a los jóvenes. Así, admitió que algunas veces hay que tomar medidas «duras y difíciles de entender en el corto plazo», pero que tienen efectos positivos en el largo.
Riesgo de deflación
Por otro lado, reconoció que existe un riesgo de deflación en la eurozona, pero aseguró no estar preocupado, porque tanto ésta como la baja inflación es consecuencia de dos factores: el bajo coste de la energía, los alimentos y las materias primas y el proceso de reforma llevado a cabo especialmente en el Sur de Europa, que ha bajado los costes de producción.
En este sentido, incidió en que es «inevitable» que en esta fase de la crisis en la que hay llevar a cabo reformas y hay que esforzarse por ser más competitivo haya una baja inflación. Así, remarcó que la pregunta es si mantendrán en estos niveles, algo que esperó no ocurra.
A este respecto, añadió que el BCE tiene reunión este próximo jueves y confió en que, como siempre hace, vigile muy de cerca la evolución de la inflación. «Siempre miran la perspectiva a medio plazo de la inflación, no a corto plazo, lo que les da tiempo a reaccionar a tiempo, y estoy seguro de que lo harán», remarcó.
Respecto a Ucrania, reconoció que está «preocupado» por la situación del país «como todo el mundo», pero recalcó que Europa y el G-7 están listos para apoyar financieramente al Gobierno ucraniano, aunque como siempre este apoyo tiene que estar respaldado por la adopción de medidas en el país y hechos «sostenibles».