«Vamos a acabar la legislatura con menos personas en el INEM». Esta es la promesa que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aprovechando que estamos en precampaña electoral, ha hecho este martes en los micrófonos de la Cadena Ser. El optimismo se ha vuelto a instalar en el Palacio de la Moncloa. Minutos después de conocerse las cifras de paro del INE que muestran un descenso en el mes de abril de 111.565 desempleados y un aumento de la afiliación a la seguridad Social de 133.700 nuevos cotizantes, el líder del Ejecutivo ha reconocido sentirse «animado y esperanzado».
Rajoy ha admitido que la cifra de parados que registra el Estado español (4.684.301) aún no le permite estar satisfecho, pero sí ha querido poner en valor que se ha roto «la tendencia de destrucción de empleo» e insistir en que es un motivo de celebración. «Quedémonos con la mayor. En este momento hay que decir a la gente que hay un horizonte claro de cara al futuro», ha proclamado un presidente consciente, tal y como ha insistido él mismo, en que el camino que aún queda por delante es largo. «Esto requiere un esfuerzo prolongado, continuado en el tiempo», ha advertido Rajoy.
Las elecciones europeas están próximas -este viernes arranca la campaña-, y su función en la entrevista de este martes no podía ser otra que defenderse de todas las acusaciones que sus rivales hacen sobre su ya habitual costumbre de no cumplir con lo que promete. El presidente ha vuelto a insistir en la herencia recibida: «nos encontramos con un país en quiebra, al borde del rescate». Para a continuación rematar su tino con sus pronósticos y las reformas emprendidas. «En 2012 dije que esto iba a ir muy mal y que iba a hacer todo lo que estaba en mi mano para evitar el rescate y así fue. En 2013 también dije que sería malo, pero que ya veríamos algo. Sobre 2014 he dicho que sería el año de la creación de empleo y el crecimiento. Y que 2015 será mejor. En su conjunto, la economía española está mucho mejor. Aunque debemos perseverar», ha insistido Rajoy.
En relación con el nuevo cuadro macroeconómico que ha presentado el Gobierno 'popular', el presidente ha dicho que «hay que ser realistas y equilibrados» y «no se puede ser un optimista absurdo, pero tampoco se puede tener un planteamiento triste o de cenizo porque está fuera de la realidad en este momento«. Según las previsiones que los ministros económicos anunciaron el pasado miércoles, el Gobierno espera crear 600.000 puestos de trabajo de aquí al cierre de 2015, que la tasa de desempleo se coloque por debajo del 20% en 2017 y muestra una senda de crecimiento del 1,2% del PIB en 2014; 1,8% en 2015; 2,3% en 2016; y del 3% en 2017. El crecimiento medio en este periodo será del 1,5%.
«Llevamos seis años terribles, estuvimos a punto de quebrar. Pero ahora estamos bien», ha insistido Rajoy en relación a la evolución de la prima de riesgo, que ahora se sitúa en los 150 puntos, frente a los más de 600 puntos que alcanzó durante el primer año del Gobierno de Rajoy. «Eso nos ha permitido pagar una tercera parte del seguro de desempleo», ha explicado el presidente, que ha advertido de que no se trata de «marcianadas», sino que este es el camino para salir de la crisis. El líder del Ejecutivo, sin embargo, no ha sido capaz de aclarar, a pesar de la insistencia de la entrevistadora, cuándo verán los españoles los progresos de sus políticas.
«Hay muchos expertos que nos dicen que hay un enorme desajuste entre la versión que usted da y lo que vemos en la calle», le ha llegado a replicar la periodista. Pero el presidente no se ha salido de su guión electoralista: «Nosotros, a diferencia de otros muchos gobiernos, no hemos congelado las pensiones». Según Rajoy, su Gobierno, de cada 100 euros, ha destinado 37 a pensiones, 10 a empleo, 10 a intereses de la deuda, 10 a sanidad y educación y 4 al gasto de la Administración Pública. El presidente sí ha admitido que la mayoría de los empleos creados son «temporales» y que ello le preocupa. Aunque ha insistido en que «las cosas no son fáciles», y que por ello el Gobierno acaba de aprobar la tarifa plana de 100 euros a la Seguridad Social para los nuevos contratos indefinidos a fin de frenar la temporalidad.