Caixabank prevé unas sinergias de costes anuales brutos de 150 millones de euros en 2016 y unos costes de reestructuración de 300 millones de euros netos de impuestos tras la adquisición de los negocios de banca minorista, gestión de patrimonios y banca corporativa de Barclays en España por 800 millones de millones de euros.
Así consta en una presentación remitida este lunes por la entidad catalana a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), en la que afirma que el cierre de la operación está prevista para diciembre de este año o enero de 2015.
Caixabank ha destacado que el menor coste de los depósitos de clientes supone una «palanca clave» y que la «venta cruzada» de productos del negocio asegurador promoverá el crecimiento de los ingresos por comisiones, al tiempo que ha subrayado que el acceso a una mayor red de distribución y a una gama de productos «más amplia» permitirá incrementar la fidelización y la penetración de producto.
Asimismo, la entidad presidida por Isidro Fainé ha resaltado que la operación mejora la posición competiotiva en segmentos y regiones clave y genera valor para el accionista, con un beneficio por acción acrecitivo desde el año 1, con ROIC superior al 10% ya en 2016.
Con esta operación, CaixaBank incorpora aproximadamente a 550.000 nuevos clientes, principalmente de banca minorista y de banca privada, además de una red de 270 oficinas y 2.400 empleados.
Barclays seguirá operando en España, pero se centrará en el negocio de la banca de inversión y en Barclaycard.
A fecha de junio de 2014, Barclays Bank SAU contaba con 18.400 millones de euros en préstamos netos, 9.900 millones de euros en depósitos de clientes y 4.900 millones de activos bajo gestión.
El presidente de CaixaBank, Isidre Fainé, ha destacado que la operación «aportará un equipo profesional muy cualificado centrado en proporcionar una gran calidad de servicio a sus clientes».
El consejero delegado del Grupo Barclays, Antony Jenkins, ha asegurado estar satisfecho con la operación y que continúan «en el buen camino para reequilibrar Barclays como parte de la estrategia de ofrecer retornos sostenibles para los accionistas».