El sector financiero ha perdido 63.500 empleos desde el inicio de la crisis, lo que supone un recorte del 23,48% de puestos de trabajo, y ha cerrado 12.000 oficinas, lo que ha generado una concentración de entidades financieras que «va camino de crear un auténtico oligopolio en el sector».
Esta es una de las principales conclusiones de la 'Encuesta del sector financiero' elaborada por FeS-UGT y presentada este lunes por el secretario general, José Miguel Villa. El periodo de análisis del estudio se extiende desde 2008 hasta el 30 de junio de 2014 y recoge las opiniones de casi 9.500 trabajadores de todas las entidades que componen el sector financiero.
La encuesta muestra que, como consecuencia de los recortes, los empleados han tenido que prolongar su jornada laboral, de modo que el 77,67% de los trabajadores de banca asegura que su jornada va más allá de lo establecido en los acuerdos colectivos, ya sean sectoriales o de empresa.
Prolongación de la jornada laboral
El 40,34% de los encuestados indica que amplía su jornada laboral por exceso en el volumen de trabajo, mientras que el 30,45% lo hace por presión de los superiores y el 8,4% señala que espera más tiempo en la oficina «porque lo hacen otros compañeros».
Según FeS, las horas prolongadas no declaradas en el sector tendrían una equivalencia de 25.249 puestos de trabajo. Así, han señalado que los últimos años se han interpuesto 200 denuncias por prolongación de jornada. Pese a ello, auguran que en los próximos años se realizarán más ajustes de plantilla.
Estos datos permiten al sindicato afirmar que el déficit de plantilla estaría en una horquilla que va desde un mínimo de 10.200 a 14.600 trabajadores. Las horas que prolonga un trabajador, en términos anuales, se encuentran entre las 104 y las 149 horas, «muy por encima de las 80 horas máximas» que marca el Estatuto del Trabajador.
Situaciones de estrés
Otro de los problemas que más afecta a los empleados del sector financiero es el estrés al que están sometidos. El 68% de los encuestados afirma que sufre un alto nivel de tensión, el 29,9% de ellos por la presión de los superiores, el 22,66% por alcanzar los objetivos marcados y un 20,51% por el exceso del volumen de trabajo.
Además, un 63,57% de los empleados mantiene que la actitud de los clientes ha empeorado, ya que les hacen responsables de los abusos de la banca. «Se han registrado numerosos casos de agresiones, pero no todos del mismo nivel», señalan desde el sindicato.
Según el informe, los trabajadores reconocen mayoritariamente la importancia de los convenios colectivos sectoriales para el mantenimiento de sus derechos y se quejan de que no hay igualdad de género, de que se sienten estancados y de la incertidumbre que supone trabajar en el sector en un momento de reestructuración.