Las incertidumbres económicas en Grecia tras la victoria de Syriza se acentúan. El presidente del Eurogrupo, el socialista holandés Jeroen Dijsselbloem, ha advertido de que el nuevo Gobierno griego puede destruir las reformas y la recuperación económica del país si se adhiere a las promesas hechas durante la campaña electoral.
«Con toda sinceridad, si se adhieren a todas las promesas –de la campaña electoral–, el presupuesto griego se desviará totalmente y con mucha rapidez de su curso” advirtió Dijsselbloem. No es el único, ayer la bolsa de Atenas caída con estrépito con la banca como principal damnificado. Aunque se ha recuperado hoy la situación sigue siendo crítica para la banca griega, que ha pedida liquidez al Banco Central Europeo después de que se hayan retirado fondos por valor de 14.000 millones entre diciembre y enero.
La causa de todo viene de la mano de las primeras medidas que ha tomado el ejecutivo griego. Tsipras ordenó la reincorporación de funcionarios despedidos, también la paralización de la privatización de varias empresas nacionales griegas.
A pesar de todo, Dijsselbloem añadió que está dispuesto a escuchar los planes del Gobierno heleno para reducir el endeudamiento, pero añadió que lo más importante es que Grecia respete los acuerdos que se han alcanzado.
En este sentido, subrayó que si se incrementa el gasto público, el superávit presupuestario se convertiría de nuevo en déficit, lo que no ayudaría a aligerar la carga de la deuda. Por otro lado, recalcó que Grecia tiene el objetivo de seguir formando parte de la unión monetaria europea y eso también es lo que quieren sus socios. Dijsselbloem, que viaja este viernes a Atenas para reunirse los miembros del nuevo Ejecutivo, señaló que es «demasiado pronto para juzgar» lo que el Gobierno griego va a hacer realmente.