Grecia se ha aficionado a los mensajes ambiguos. Mientras el ministro de Finanzas heleno, Yanos Varoufakis, ha recorrido media Europa para conseguir algún apoyo en su propuesta de reestructuración de deuda. Su presidente Alexis Tsipras, prosigue con el mismo lenguaje que le elevo al Olimpo de la política griega.
Ambos lenguajes son inconexos, Varoufakis dice estar de acuerdo con un 70% de lo que pide la Troika en relación al rescate. Además, para fortalecer su mensaje ha repetido a todos con los que se ha reunido que espera conseguir un superávit primario del 1 al 1,5%, aunque conlleve incumplir su programa. Eso traducido, significa recortar gasto público. Tsipras, por su parte, se ha comprometido a “poner fin de una vez por todas» a las políticas de austeridad de la Unión Europea y a negociar con firmeza un nuevo acuerdo para Grecia.
La ambigüedad es clara: se recorta el gasto como dice Varoufakis o se promueve como clama Tsipras.
Varoufakis se suaviza frente a Alemania
Los ministros de Finanzas de Alemania y Grecia, Wolfgang Schaeuble y Yanis Varoufakis, han puesto de manifiesto tras su primer encuentro en Berlín las posturas totalmente alejadas de sus respectivos gobiernos en la manera de abordar la crisis de Grecia.
«Nos hemos puesto de acuerdo en que no estamos de acuerdo», bromeaba el ministro alemán de Finanzas al comienzo de la rueda de prensa conjunta con su homólogo griego, quien no ha dudado en corregirle y señalar que «no se ha llegado a ningún acuerdo, ni tan siquiera en estar en desacuerdo».
No obstante, el carismático ministro griego de Finanzas expresó su confianza en que las conversaciones con Alemania contribuirán a alcanzar una solución y subrayó la importancia de contar con el respaldo alemán.
«Ninguna otra nación puede compreder la situación en Grecia mejor que Alemania», insistió Varoufakis, quien recordó el ascenso del nazismo en Grecia, donde Amanecer Dorado es el tercer partido más votado, y señaló la importancia de evitar «una depresión como las de los años 30 que divida a Europa».
No habrá quita
Por su parte, el ministro alemán de Finanzas expresó su escepticismo respecto a varias de las medidas del nuevo Gobierno griego, aunque subrayó el respeto de Berlín hacia la voluntad de los ciudadanos griegos, recordando que también hay que respetar la voluntad de los ciudadanos de otros países.
«No hay nada malo en tratar de poner en práctica lo prometido, pero cuando es a costa de otros no es realista», apuntó el ministro alemán, quien subrayó que la opción de una quita a la deuda de Grecia «no está sobre la mesa».
En este sentido, Schaeuble afirmó que «se ha llegado a los límites legales a la hora de prestar asistencia» y subrayó que cualquier cambio en el programa de ayuda a Grecia debe contar con el acuerdo de las partes implicadas.