Una carretera de un solo sentido. Por un lado avanza cogiendo impulso un Smart, azul y blanco, con un hombre rapado al volante. Por el otro lado, un camión alemán avanza inexorablemente al encuentro del Smart, conducido por un hombre trajeado elegantemente. Cualquiera imaginaría que la respuesta lógica sería que el conductor del Smart se apartase del carril porque va a ser arrollado por el camión. Pero si el conductor del coche, en vez de apartarse, arranca su volante y lo lanza por la ventana, obligaría al conductor del camión a retirarse, ya que el choque, si prosigue, es inevitable.
Ambos son Grecia y la Troika, de una manera metafórica, en una versión alterada del llamado 'Juego de la Gallina’, que consiste en ver qué vehículo se aparta antes. El cambio se debe a que Grecia y la Toika, encabezada por Alemania, parten de unas condiciones bastante desiguales.
Se trata de uno de los ejemplos más claros de lo que consiste la Teoría de Juego, con la que el ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, está muy relacionado. Dicha teoría consiste en estudiar las decisiones en las que un individuo tenga éxito tiene que tener en cuenta las decisiones del resto. En este caso, la única manera que el Smart tiene posibilidad de ganar es eliminando la opción de ganar del contrario. Por eso, obliga al camionero a decidir entre chocarse y con el fatal desenlace a resultas, o apartarse del camino.
Varoufakis, el jugador
Una sombra acompaña al ministro griego desde que publicara su libro sobre Teoría de Juegos, llamada ‘Game Theory, A Critical Introduction’. Varoufakis confundió en la primera página, cómo bien indicó el blog ‘Nada es gratis’, a Olivert Hart con Sergiu Hart. En esa primera página el griego escribe: “Two prominent game theorists, Robert Aumann and Oliver Hart, explain the attraction in the following way: Game Theory may be viewed as a sort of umbrella or ‘unified field’ theory for the rational side of social science…[it] does not use different, ad hoc constructs…it develops methodologies that apply in principle to all interactive situations. (Aumann and Hart, 1992)”. El artículo al que se refiere es ‘Handbook of Game Theorist’ de Robert J. Aumann y Sergiu Hart.
La confusión de Varoufakis, como prosigue en la explicación en el citado blog, no se trata de una simple errata o un fallo. Un experto en Teoría de Juegos nunca cometería semejante error. Es lo mismo que si alguien que dice ser experto en futbol no sabe distinguir entre Cristiano Ronaldo y Ronaldo (el gordo), o un especialista en baloncesto confunde a Michael Jordan con cualquier otro jugador con su mismo apellido.
Político peculiar
Yanis Varoufakis no es un político al uso. Ni por su estilo, ni formas. Horas antes de que Alexis Tsipras diera a conocer el nuevo elenco de ministros que formarían parte de su gobierno, Varoufakis ya había publicado en su blog que lo sería. El mismo maneja también su cuenta de twitter, con más de 200.000 seguidores con los que interactúa activamente.
Se presentó en Downing Street por su propio paso. Luciendo camisa azul eléctrico por fuera de un pantalón vaquero negro, junto a una chaqueta de cuero y zapatillas deportivas. Y así se presentaba frente a algunas de las personas más influyentes del mundo de la economía en la City londinense.
Obviamente era un gesto premeditado. Varoufakis dejó claro que no tiene intención de ser nada parecido a lo que se haya podido ver en política. Menos aún en política económica y financiera.
Moderando su postura
Recuerdan el momento en el que el conductor lanza el volante por la ventanilla del Smart: ése fue el momento en que Varoufakis se negó a aceptar a la troika como interlocutor, y rechazaba el rescate. Primer farol. Unos días atrás, el camionero ha lanzado también su farol. El Banco Central Europeo decidió no aceptar deuda griega. La decisión no cierra completamente el grifo a la banca griega, pero obliga a las entidades helenas a buscar esa financiación extra en las líneas de liquidez de emergencia.
Ahora, Varoufakis realmente teme que Bruselas, con el beneplácito de Berlín, deje sin financiación a Grecia y le ha hecho moderar sus propuestas. Durante su reunión con su homólogo alemán no se habló de reestructuración o quita, sino de crear un programa puente para asegurar la financiación. Una vez conseguido ese primer objetivo, se podría negociar sobre el problema de la deuda. A pesar de todo, ese problema todavía está en el aire.
Aun así, el griego espera contar con la ayuda del Fondo Monetario Internacional en caso de que se corte el grifo, por ello se reunió con el representante del fondo en secreto el pasado fin de semana.
Ahora que ha visto las orejas al lobo, lejos queda el desencuentro con Jeroen Dijsselbloem en la tensa rueda de prensa que ambos dieron. Varoufakis reconoce que está de acuerdo con la Troika en un 70%. Incluso ha llegado a afirmar que, si hace falta, incumplirá con el programa de Syriza para conseguir superávit primerio del 1 o 1,5%. El superávit sería clave en la negociación con sus acreedores, además, es requisito imprescindible para que pueda llevar a cabo una quita.
Propuesta ingeniosa
Una de las propuestas que el ministro griego ha presentado en su gira es la creación de unos bonos ligados al crecimiento. Significa que la antigua deuda griega se sustituiría por una nueva, cuyos pagos dependen del crecimiento del país heleno. Con la medida Grecia pagaría en función de la capacidad que tengan. Dicha propuesta tiene en si una trampa para los acreedores, porque si al vencimiento de dicha deuda Grecia no ha conseguido pagarla toda, el sobrante se condona.
La ingeniosa propuesta ha sido neutralizada por los países acreedores, en especial por Alemania. Schäeble, durante la rueda de prensa, remarcó al griego que Alemania está poco dispuesta a seguir financiando las políticas griegas, recalcando que “las promesas electorales a costa de terceros no son realistas”.