El dinero que ha llegado, y llega, a paraísos fiscales como Suiza siempre se le ha relacionado con lo más turbio de la economía. Dícese de dinero llegado de traficantes de armas, de drogas, defraudadores y un largo historial. La ‘lista Falciani’ no sólo ha reforzado más la hipótesis sino que la ha confirmado en el caso de los defraudadores.
El HSBC, el banco suizo del que salió la famosa lista, prestó ayuda a numerosos clientes para evadir impuestos. Normalmente lo realizaba a través de sus filiales. Ahora, una vez descubierta la lista el gran banco suizo ha pedido perdón por aquellas prácticas.
En una carta abierta, el director ejecutivo de HSBC, Suart Gulliver, ha pedido disculpas a sus clientes, accionistas y trabajadores del sector bancario y ha descrito como una «experiencia dolorosa» las publicaciones sobre las prácticas que realizó la filial suiza durante años.
Gulliver ha explicado que los «estándares» con los que se regía hace ocho años no se corresponden con los actuales. «Debemos demostrar que entendemos que las sociedades a las que servimos esperan más de nosotros. Por ello ofrecemos nuestras más sinceras disculpas», ha afirmado.
El banco ha añadido que desde el año 2008 ha establecido mayor control sobre sus clientes, además de poner en marcha «estándares» más exhaustivos en relación con la transparencia fiscal, según ha recogido la cadena británica Sky News.
Gulliver reconoció el viernes que los «estándares» de su entidad no habían estado siempre a la altura de lo que espera la sociedad, asegurando entender la «frustración» de la población ante los documentos filtrados por la 'lista Falciani'.
En este sentido, Gulliver ha reiterado en varias ocasiones que el banco ha sido reorganizado desde 2008 y que en la actualidad cuenta con un mayor control central, además de disponer de más de 7.000 personas para hacer cumplir las normas.
Los documentos muestran que el banco británico asesoró a familiares de dictadores, a personas implicadas en casos de corrupción en África y a gente involucrada en el comercio de armas y de los conocidos como 'diamantes de sangre'.
HSBC hace frente a investigaciones criminales y a cargos en Francia, Bélgica, Estados Unidos y Argentina a raíz de la filtración de los documentos, si bien por el momento no se han abierto acciones legales en su contra en Reino Unido.