Los ministros de Economía de la eurozona y la Comisión han presionado este lunes al nuevo Gobierno griego para que acepte una nueva prórroga del actual rescate y sus correspondientes condiciones, que vence el próximo 28 de febrero, con el fin de dar más tiempo a negociar un nuevo programa sin quedarse sin cobertura de la UE.
La petición del Eurogrupo choca con la postura de Atenas, que se opone a pedir una extensión por considerar que ello significaría perpetuar la austeridad contra la que se han pronunciado los votantes. Reclama en su lugar un 'programa puente' que permita revertir las medidas que considera más antisociales y aligerar la carga de la deuda.
«Desde el punto de vista de la Comisión, el camino más realista es la prórroga del actual programa, permitiendo más tiempo para la negociación», ha dicho el vicepresidente de la Comisión para el Euro, Valdis Dombrovskis, que considera que la extensión podría ser de entre dos y seis meses. «Pero también está claro que hay una flexibilidad limitada por lo que se refiere a las condiciones del programa», ha avisado.
«Es importante lograr un acuerdo lo antes posible porque el programa acaba a finales de febrero. Pero en primer lugar necesitamos una señal de las autoridades griegas de que están dispuestas a prorrogar el programa, tienen que pedirlo y comprometerse a concluirlo con éxito», ha dicho Dombrovskis.
También el Gobierno francés, considerado próximo a las tesis antiausteridad de Grecia, ha defendido la prórroga del rescate. «La buena solución, la solución que garantiza a vez seguridad y permite tener tiempo para discutir un nuevo programa es la extensión del programa actual, en condiciones respetuosas con los compromisos y el programa del Gobierno actual», ha defendido el ministro de Finanzas galo, Michel Sapin, a su llegada al Eurogrupo.
«No ha llegado el momento de discutir un nuevo programa», ha asegurado Sapin.
El ministro de Finanzas irlandés, Michael Noonan, ha coincidido en que «aceptaríamos una petición griega de extender el programa». «La segunda alternativa sería la negociación de un nuevo programa, pero con el programa concluyendo tan pronto, el tiempo comienza a acabarse y hay consideraciones sobre las obligaciones de Grecia y la financiación de sus bancos. En mi opinión, la extensión del programa es la manera más inmediata de hacer progresos», ha resaltado.
Noonan ha dicho que en los contactos técnicos del fin de semana entre el Gobierno griego y las instituciones de la troika -Comisión, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional- no se ha producido ningún «punto de inflexión» y que la pelota está en el tejado de Atenas. «Todavía no sé cuáles son sus peticiones concretas y me gustaría que el ministro de Finanzas griego presentara peticiones concretas en la reunión», ha señalado.
El ministro de Finanzas irlandés ha dicho que podría convocarse un nuevo Eurogrupo extraordinario sobre Grecia para este viernes si no hay avances.
Cuestión de días, no de semanas
El ministro de Finanzas austríaco, Hans Jörg Schelling, ha dicho que ve «posible» encontrar una solución con Grecia pero ha avisado de que será «muy difícil». «Es un problema de días, no de semanas», ha apuntado, «y no es sólo un problema de los mercados financieros, es también una cuestión de cómo el Eurogrupo trabaja con Grecia en los próximos meses».
Por su parte, su homólogo eslovaco, Peter Kazimir, ha considerado que es «demasiado temprano» para llegar a un acuerdo. A su juicio, no se trata de «respetar los deseos de Grecia» sino «los acuerdos mutuos, los deseos de todos», por lo que ha pedido alejarse de los choques políticos y volver a la «sustancia económica».
Más optimista se ha mostrado el ministro de Finanzas de Lituania, Rimantas Sadzius, que está convencido de que es posible avanzar pero pide al Gobierno griego «mucha más claridad sobre sus planes porque todavía no hay suficiente claridad sobre las medidas propuestas». «Pero creo que todos podemos discutir constructivamente las ideas que se pongan sobre la mesa», ha dicho.