domingo, noviembre 24, 2024
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El TTIP o la desintegración de la Unión Europea

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Negocian, discuten y estrechan sus poderosas manos en herméticos despachos, blindados para el resto de ciudadanos. Viajan de Washington a Bruselas y de Bruselas a Washington para tratar de conformar su alianza casi sellada entre los incontables folios de documentos y textos confidenciales que pasan por encima de los Gobiernos. Los ‘hombres de negro’ de las élites económicas encabezan encuentros privadas desde el año 2013 en los que pactan sus intereses en silencio, ajenos al debate público y con el objetivo de crear la zona de libre comercio más extensa del mundo. Aunque filtran información dosificada para atribuirse su supuesta voluntad de transparencia, lo cierto es que poco se sabe sobre las negociaciones del Tratado Trasatlántico entre Estados Unidos y la Unión Europea (TTIP, por sus siglas en inglés, Transatlantic Trade and Investment Partnership). Tan poco, que las escasas informaciones han despertado sospechas y han enfurecido a distintas organizaciones sociales y ecologistas.

Según la organización Ecologistas en Acción y la plataforma 'No al TTIP', las reuniones están constituidas de manera “formal” por la Comisión Europea y el propio Gobierno de Barack Obama, pero asegura que son los “grandes lobbies empresariales de un lado y de otro quienes presionan y participan de manera activa en ellas”. La organización explica que el modelo del tratado busca liberalizar “todos los sectores” para conseguir una armonización legislativa a través de la unificación de leyes a ambos lados del Atlántico.

El objetivo del pacto se resume en tres puntos básicos según el borrador filtrado en marzo de 2014. La intención es eliminar “todas las obligaciones aduaneras” además de reducir las barreras no arancelarias. Se trata de un apartado ambiguo puesto que por el momento los detalles no están especificados y abarca numerosas normas y regulaciones de tipo financieras, legales, económicas, etc. Por otro lado, el objetivo es ceder a las compañías implicadas derechos contra las leyes y regulaciones de los estados si tales normas suponen un impedimento para el comercio y su desarrollo económico. “Un capítulo especialmente polémico es el de la protección de las inversiones, por el cual, cualquier inversor privado internacional puede desafiar ente tribunales internacionales cualquier legislación, ambiental, laboral o social, que interfiera con sus beneficios”, recalcan ambas organizaciones.

Por eso, desde Ecologistas en Acción y ‘No al TTIP’ consideran que el acuerdo supondrá recortes en los derechos laborales puesto que serán justificados por “la reducción de costes basados en la política antisindical de EEUU- que no ha ratificado convenios de la OIT- y en las reformas laborales impuestas por la Troika”. Resaltan también que la aplicación de la legislación “más beneficiosa” para las grandes compañías afectará a varios ámbitos. En un primer lugar, denuncian que la liberalización de los sectores económicos provocará las privatizaciones de los servicios públicos. Respecto a las políticas medioambientales y del derecho a la salud, creen que habrá vía libre para la práctica del ‘fracking’ y que se incrementará la venta de alimentos transgénicos, hasta ahora prohibidos en la Unión Europea. Además, la propiedad intelectual también se verá afectada. “Se aplicará la legislación norteamericana que facilita la vigilancia cibernética y el acceso a datos personales, y pena el compartir archivos en la res; y además blindará las patentes, reduciendo por ejemplo la posibilidad de acceso a medicamentos genéricos”, añade.

“La reforma llevaría a la desintegración económica de la UE”

Un estudio elaborado por la Universidad de Tufts (EEUU) pretende demostrar que la propuesta llevaría a la desintegración económica de la Unión Europea. Para confeccionar el análisis el equipo se ha basado en el modelo de las Naciones Unidas de Política Global (United Nations Global Policy Model) para valorar el impacto que generaría el TTIP en la economía global en un contexto de prolongada austeridad y bajo crecimiento en los dos lados del Atlántico. El informe destaca que si se pone en marcha el tratado, el mayor impacto se producirá en las economías del Norte de Europa y que el conjunto de países de la UE sufrirá pérdidas en términos de explotaciones, del Producto Interior Bruto (PIB), en los ingresos del trabajo tanto como en puestos de trabajo y en los beneficios públicos de los distintos gobiernos.

Respecto a la merma de exportaciones netas, el análisis revela que los países nórdicos se enfrentarán a una debacle del 2,7% del PIB, seguidas de Francia (1,9%), Alemania (1,4%) y Reino Unido (0,95%). Sobre las pérdidas de puestos de trabajo el estudio calcula que aproximadamente desaparecerán 600.000 puestos de trabajo: en Alemania 134.000; en Francia 130.000 y en los países del Sur de Europa un total de 90.000. Por otro lado, Francia sería el país más afectado en lo que se refiere a las pérdidas en los ingresos de trabajo con un total de 5.500 euros por trabajador. Le siguen los países de Europa del Norte con 4.800 euros menos por trabajador. El tercer puesto es para Reino Unido (-4.400 por trabajador) y el cuarto para Alemania (-3.400 euros por trabajador).

El estudio también denuncia que el TTIP llevaría a una pérdida en los ingresos públicos del gobierno. En concreto avisa que el superávit de los impuestos indirectos sobre los subsidios disminuirá en todos los países de la UE. De nuevo Francia encabezaría la mayor pérdida , el 0,64% del PIB. Por lo tanto, según el análisis, el pacto provocará una mayor inestabilidad financiera además de una acumulación de desequilibrios.

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