Elitista, personal y confidencial, así es la banca privada. Para entender la privada, primero se debe olvidar el funcionamiento de la comercial, también conocida como ‘banca retail’. La banca privada es la flor y nata, nada de cartillas de ahorro, hipotecas o domiciliar nóminas. Se va a lo grande.
Banco de Madrid gestiona unos volúmenes cercanos a los 6.000 millones de euros, con tan solo 15.000 clientes. Es decir, unos 400.000 euros por cliente de media (sí Monedero sería elitista también). Ese estatus le permite generar grandes inversiones en distintos ámbitos, por ejemplo seis de sus SICAV están entre las primeras por volumen gestionado.
Obviamente, esas cantidades no siempre corresponden con fortunas ‘limpias’ sino que corresponden a bandas criminales o defraudadores como el caso de los Pujol. En la banca privada no siempre se pregunta por el dinero, ya que, se pueden conseguir favores a través de sobornos como ha denunciado el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Además, cuenta con asesoramiento fiscal personal, es decir, uno o varios profesionales le dicen como exprimir sus rendimientos pagando los mínimos impuestos.
Casi un año de trabajo e investigaciones han llevado a Banco de Madrid, filial de Banca Privada de Andorra (BPA), a los tribunales. El Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención de Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias (Sepblac) ha denunciado a la filial por detectar indicios de delitos como blanqueo de capitales. La entidad es de sobra conocida por dichas prácticas, de hecho fue la que regularizo la fortuna de la familia Pujol. Curiosamente, el organismo dependiente del ministerio de Economía lo denuncia ahora, aunque aseguran que llevan estudiando el caso casi un año, apenas días después de que fuera Estados Unidos quien diera la voz de alarma.
La denuncia emitida por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos sobre el presunto blanqueo de dinero por parte de BPA ha destapado un caso mucho más profundo. La firma está considerada “entidad sometida a preocupación de primer orden en materia de blanqueo de capitales”, eso significa que se usó como eje de operaciones de bandas criminales.
Paralelamente, el Sepblac también ha abierto un procedimiento administrativo contra la filial del banco andorrano por infracciones graves y muy graves de la Ley de Blanqueo de Capitales. El organismo alega un informe exhaustivo sobre la entidad cuya elaboración ha llevado casi un año, aseguran desde el Sepblac.
Casos ilustres
Tanto BPA como Banco de Madrid ya habían dejado la puerta abierta a posibles irregularidades antes de 2014, año que el Sepblac data el inicio de su informe. A través de su filial, Banco de Madrid, la familia Pujol regularizó tres millones de euros procedentes de las cuentas que tenía en BPA.
En el proceso de regularización que se saldó con un pago a Hacienda y hasta 1,6 millones en la entidad para hacer frente a las multas que se les pueden imponer. Para realizar la operación la esposa de Jordi Pujol, Marta Ferrusola, y cuatro de sus siete hijos —Marta, Mireia, Pere y Oleguer— abrieron cinco cuentas bancarias en Banca de Madrid y, a finales del mes de julio de 2014, efectuaron a través de las mismas las declaraciones complementarias, la misma que realizó Monedero, para ponerse al día con Hacienda por un valor cercano a 1,5 millones. El Banco de Madrid tramitó la regularización de los fondos de los Pujol, tras efectuar las consultas preceptivas al Servicio de Prevención del Blanqueo de Capitales, que depende del Ministerio de Economía, han informado fuentes cercanas al caso.
Otro personaje ‘famoso’ que tiene una estrecha relación con BPA y Banco de Madrid era Gao Pin. La red de evasión se sostenía sobre la habilidad de Isaac Cohen, otro relacionado, para realizar su tarea. Cohen era el jefe de la multinacional que se encarga del lavado de dinero, a través de los movimientos conocidos como hawala, utilizados también por redes criminales y terroristas como Alcaheda.